La presidenta del Banco Santander, y una de las mujeres más poderosas del mundo, Ana Patricia Botín, se ha sumado este martes a las reivindicaciones feministas con motivo del Día Internacional de la Mujer, y ha confesado haber tenido que enfrentarse a prejuicios en su carrera.
El calendario ‘litúrgico’ globalista celebra hoy una de sus fiestas más señaladas: el Día Internacional de la Mujer. Partidos políticos, medios de comunicación, grandes empresas e instituciones de toda índole, salen a las calles y publican en sus páginas web y perfiles en las redes sociales consignas, reivindicaciones y protestas en pos de la llamada lucha feminista.
A este aquelarre no podía faltar Ana Botín, conocida globalista que, a la muerte de su padre en 2014, heredó la presidencia del Banco Santander y se convirtió así en una de las mujeres más poderosas del mundo ―la séptima, según Forbes―. Sin embargo, por lo visto, ha sido muy discriminada en su carrera por ser mujer.
“Como muchas otras mujeres, me he enfrentado a prejuicios en mi vida y carrera. Hubo un tiempo en que me llamaban condescendientemente ‘la niña’, a pesar de que llevaba casi dos décadas trabajando en la banca”, ha lamentado Botín este martes a través de su cuenta de Twitter.
Like many other women, I have faced bias in my life and career. There was a time when I was condescendingly called «la niña» which in English translates to «the little girl», even though I had been working in banking for almost two decades#InternationalWomensDay pic.twitter.com/oVXyVVTnKK
— Ana Botín (@AnaBotin) March 8, 2022
“A la pregunta de si durante mi carrera me he enfrentado a prejuicios. La respuesta es sí”, ha explicado la presidenta de uno de los bancos más grandes de España a través de un vídeo publicado en la misma red social.
Botín ha recordado que, cuando su empresa se fusionó con otra hace muchos años, “los líderes eran entonces todos hombres mayores, todos de la misma raza, de los mismos orígenes”. Nos preguntamos qué tiene la banquera contra las personas mayores o contra la gente de la misma “raza” u “orígenes”, siendo el Santander, además, una entidad, al menos en sus inicios, eminentemente española.
“La forma de superar esa situación (y se mantiene hasta hoy), es tener confianza en una misma, hacer los deberes y, muy importante, tener paciencia”. No dudamos en absoluto de la efectividad de sus consejos, pero se le ha olvidado decir que, en su caso, no menos importante fue ser hija del anterior presidente del banco, Emilio Botín, y pertenecer a una estirpe que lleva dirigiendo los destinos de la entidad financiera desde 1950.
“Es cierto que cuando una mujer es asertiva, tiene fama de ser muy agresiva, pero cuando un hombre es asertivo, es un líder fuerte. Por lo tanto, no se trata de levantar la voz, se trata de hacerte escuchar”, ha concluido el sermón de la presidenta del Banco Santander.
Botín, que se embolsó 12,29 millones de euros en 2021, ha anunciado, a través de un tuit posterior, la forma en que la entidad que preside va a mostrar su férreo compromiso contra los “prejuicios” contra las mujeres: cruzar los brazos. Conmovedor.
“Reconocer el prejuicio es necesario, pero no suficiente. Denunciarlo y compartir formas de luchar contra él es fundamental para forjar un mundo más equitativo. En este Día Internacional de la Mujer cruzar los brazos es nuestra forma de mostrar nuestro compromiso en el Banco Santander”, ha escrito Botín compartiendo un enlace a una sección de la página web del banco dedicada a la mujer y la “igualdad de género”.
En la foto que acompaña al tuit se puede ver a la presidenta del Banco Santander, junto a varias mujeres que, presumimos, forman parte de los puestos directivos de la compañía, con los brazos cruzados.