El expresidente de Colombia Álvaro Uribe no se retira de la política y seguirá batallando por demostrar su inocencia y para evitar que el socialismo gane las siguientes presidenciales en Colombia.
En un mensaje desde su vivienda de El Ubérrimo, tras ser puesto en libertad, aseguró que tanto él como su familia «han sido sometidos al mayor escrutinio político y judicial del país» y ha recalcado que «mantendrá la lucha por su honorabilidad».
En este sentido, destacó que, en materia política, «la resignación no es una de sus opciones». «Mi vida pública ha generado mucha controversia, pero carezco de voluntad para dejar de pensar en Colombia. No puedo renunciar a advertir las amenazas que nos acechan», lamentó, al tiempo que defendió que su carrera «ha sido disciplina, trabajo y austeridad».
Asimismo, Uribe censuró al anterior Gobierno colombiano -en manos de Juan Manuel Santos- y aseveró que las consecuencias del «sistema judicial heredado» de la anterior Administración «consagró impunidad total a atrocidades como el secuestro y la violación de menores».
Uribe también instó a derogar la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y a reformar los acuerdos alcanzados en La Habana durante el Gobierno de Santos con la organización terrorista FARC. «Debemos insistir en su derogación (…) salvando el apoyo a los reinsertados de buena fe», añadió. «No podemos permitir que el narcoterrorismo y el proyecto socialista anule las capacidades colombianas», dijo.