Bolivia terminó con la RepĆŗblica, la separación y equilibrio de poderes y el Estado de Derecho, en cuanto promulgó la Constitución Plurinacional en 2009. A partir de ese momento, el Movimiento al Socialismo (MAS) se abalanzó sobre el Poder Judicial a vista y paciencia del propio paĆs, pero tambiĆ©n de la Comunidad Internacional.
Incluso en 2017 el paĆs llevó adelante elecciones para nombrar magistrados. AllĆ se observó un escandaloso ausentismo en protesta de las desvergonzadas manipulaciones a las que el MAS tiene acostumbrado al conjunto de la ciudadanĆa.
De manera mĆ”s reciente, y dadas las pretensiones del rĆ©gimen de Arce por borrar de la historia nacional el monumental fraude perpetrado por el lĆder cocalero Evo Morales a finales de 2019, el paĆs ha sido testigo de la intervención y manipulación de la justicia a todo nivel.
Por ejemplo, se han detenido policĆas y militares de alto nivel que solamente han develado las pugnas internas entre distintos bandos del narcotrĆ”fico sobre el que muchos piensan sin temor a equivocaciones, que tienen involucrada a la mĆ”s alta cĆŗpula del partido en el poder. TambiĆ©n se ha visto una serie de denuncias contra jueces que recibieron sobornos para la liberación de delincuentes y criminales, tanto comunes como el de Gabriela Zapata MontaƱo, ex amante del cocalero Morales, y acusada por trĆ”fico de multimillonaria influencias en el ācaso Camceā.
Ante tal cantidad de casos escandalosos e inocultables de intervención del rĆ©gimen del MAS sobre el sistema judicial, tanto recientes como aquellos que datan desde que el narcosocialismo tomó el poder en 2006, invitan a Diego GarcĆa-SayĆ”n -relator especial para la Independencia de Jueces y Abogados de la Organización de Naciones Unidas (ONU)-, para que revise el estado de la justicia en el paĆs.
Durante los 7 dĆas que estuvo por Bolivia, y luego de haber sostenido audiencias con actores tanto de la sociedad civil como con polĆticos de la oposición, GarcĆa-SayĆ”n apenas ha dejado frases tan ambiguas como: āla justicia estĆ” lejos de la genteā, āno he visto perseguidos polĆticosā, o apenas se ha pronunciado sobre el hacinamiento y sobrepoblación en las cĆ”rceles del paĆs, que no es novedad alguna ni mucho menos el problema mĆ”s grave de Bolivia.
Pero lo mĆ”s relevante de la visita del relator se deja ver en el informe preliminar de 9 puntos y 7 pĆ”ginas que ha elaborado sobre el final de su estadĆa (la versión final del informe serĆ” entregada en junio). En este documento se habla de la necesidad de un acuerdo nacional para reformar el sistema judicial de Bolivia, pero no se atreve a mencionar con claridad cuĆ”les son exactamente las causas del deterioro de la justicia.
Sin embargo, lo mĆ”s importante de este informe es justamente lo que deliberadamente omite. Como ya se ha afirmado en otras oportunidades, probablemente lo peor de todo el escĆ”ndalo que rodea a la manera en que el MAS ha pretendido ejercer y mantenerse en el poder, es la detención ilegal de la expresidenta Jeanine ĆƱez por el supuesto golpe de Estado que habrĆa sufrido Morales en 2019.
El de ĆƱez es, sin duda alguna, el caso emblemĆ”tico de una justicia sometida al narcosocialismo del MAS. La ex mandataria lleva mĆ”s de dos semanas de huelga de hambre en protesta por su detención preventiva ilegal de un aƱo sin prueba alguna en su contra, pero el relator de la ONU no se ha pronunciado sobre su caso en especĆfico. Solamente apuntó que āse debe combatir el exceso de prisión preventivaā.
Por si fuera poco, y para que que GarcĆa-SayĆ”n quede todavĆa mejor retratado, la detención preventiva de la expresidenta ĆƱez fue extendida por tres meses mĆ”s. Es decir, si Diego GarcĆa-SayĆ”n, relator de la ONU, no va a pronunciarse siquiera sobre el escandaloso e indignante caso de Jeanine ĆƱez, es mejor que guarde silencio.
AdemĆ”s, en la conferencia de prensa que ofreció para presentar su informe preliminar, el relator de la ONU recibió preguntas sobre por quĆ© no menciona a las vĆctimas de los Ćŗltimos dĆas en que Morales todavĆa era presidente, o cuando se descubrió una grabación telefónica en la que se escucha al cocalero enviando instrucciones a los cocaleros desde su refugio en MĆ©xico, para que bloquearan el paso de alimentos a las ciudades, pero se limitó a decir que habĆan muchos hechos que todavĆa necesitan de mayor investigación.
Es que GarcĆa-SayĆ”n incluso se ha atrevido a afirmar que no ha visto persecución polĆtica alguna en el paĆs, con las siguientes palabras: āSe ha hablado de persecución polĆtica. Yo no he tenido entrevistas con alguna persona que me haya manifestado hechos que sustenten una persecución polĆtica, si hay otras situaciones que yo no he conocido, podrĆa ser, pero en este caso yo no podrĆa responder con conocimiento de causaā.
Lo que explica este ambiguo -cuando no mezquino e incluso cómplice- comportamiento del relator, es que, en primer lugar, ha sido invitado por el propio rĆ©gimen del MAS para lavarle la cara, y frivolizar hechos de injusticia muy graves en el paĆs. El relator vino a no decir nada sobre los problemas mĆ”s graves de la justicia en Bolivia, asunto que le es mĆ”s que suficiente al rĆ©gimen de Luis Arce Catacora.
Es cierto que los elementos para hacerse grandes expectativas sobre un invitado del rĆ©gimen para que observarĆ” la situación de la justicia nunca fueron abundantes. Sin embargo, llama la atención que un representante de la ONU y un ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que se supone suficientemente capaz para definir asuntos que le competen a nivel internacional, se pronuncie de tan ambigua y tangencial manera sobre el estado de la justicia en un paĆs donde la institucionalidad se encuentra en estado comatoso, y que su solución empieza primero por el planteamiento de un diagnóstico claro y contundente sobre sus causas, que por cierto no apuntan en ningĆŗn otro sentido que no sea el propio nacimiento del Estado Plurinacional y el avance sin precedentes del narcosocialismo en el paĆs desde hace ya 16 aƱos.