La Asamblea Constituyente de Venezuela, una instancia progubernamental criticada por considerar que menoscaba la democracia, cesará sus labores el 31 de diciembre, ha informado el dictador Nicolás Maduro.
La todopoderosa institución, surgida en 2017, se encargó oficialmente de reformar la constitución, pero en la práctica terminó suplantando al parlamento controlado por la oposición y despedir a funcionarios públicos que desafiaron al gobierno.
Maduro ha dicho que la Asamblea Nacional Constituyente, conocida como el ANC, ya no es necesaria después de las elecciones del 6 de diciembre, que marcará el comienzo de un nuevo congreso dominado por el PSUV y sus aliados. El mandato del actual congreso finaliza el 5 de enero.
El presidente pidió en 2017 la creación de la ANC tras meses de protestas opositoras que dejaron más de un centenar de muertos.
«El objetivo principal de esta Asamblea Nacional Constituyente era restablecer la paz de la República, la seguridad interna, la unión nacional y la estabilidad del país» dijo Maduro en una sesión en la que ratificó que la constituyente cerrará el 31 de diciembre.
«Hoy puedo decir: Asamblea Nacional Constituyente, misión cumplida», agregó en el acto transmitido por la televisora estatal.
La oposición llamó a la abstención en las elecciones que crearon la ANC, mientras Estados Unidos y Europa condenaron la iniciativa como la consolidación de una dictadura al desautorizar al congreso democráticamente elegido en 2015.
Las protestas terminaron rápidamente después de esa elección de 545 constituyentes. Pero a pesar que funcionó tres años, la ANC no produjo un nueva carta magna.
En cambio, emitió una serie de medidas, incluida una llamada ley contra el odio, ampliamente utilizada para encarcelar a los críticos del gobierno, despojó a un grupo de legisladores de la oposición de su inmunidad parlamentaria y despidió a la exfiscal en jefe Luisa Ortega, quien se había distanciado con Maduro.