En los últimos meses, el dictador venezolano Nicolás Maduro ha venido radicalizando sus acciones, aprovechando cuatro circunstancias geopolíticas:
La primera de ellas es la llegada al poder de Joe Biden en los Estados Unidos, acompañado de una vicepresidenta de tendencia claramente izquierdista.
La segunda es la serie de victorias electorales obtenidas por los candidatos izquierdistas en Perú, Honduras y Chile; Pedro Castillo, Xiomara Castro y Gabriel Boric, respectivamente.
Tercera, la falta de una reacción firme de los países democráticos de Occidente frente al comportamiento de Daniel Ortega al encarcelar a todos los candidatos presidenciales que podrían haberlo derrotado, para -sin contrincantes de peso-, llevar a cabo unas “elecciones” donde se proclamó a sí mismo impunemente.
Y la cuarta y última circunstancia, es la crisis que se está presentando con motivo de la posible invasión militar de Rusia a Ucrania.
Ante este escenario, Maduro piensa que ahora puede terminar de atornillarse en el poder encarcelando a sus adversarios sin que nada le ocurra. Ya lo anunció Diosdado Cabello el pasado 19 de enero, cuando volvió a amenazar a periodistas independientes a través de la televisión pública venezolana, usando carteles con las palabras “SE BUSCA”. El llamado número 2 del chavismo apuntó contra los comunicadores sociales y dirigentes políticos adversos al chavismo.
Por su parte, Nicolás Maduro ordenó suspender el referendo revocatorio contemplado por la Constitución y promovido por un sector opositor, utilizando como herramienta el Consejo Nacional Electoral (CNE) controlado por él. El organismo electoral -para cubrir apariencias- no lo negó de cuajo, sino que impuso condiciones imposibles para activarlo: “La jornada de recepción de las manifestaciones de voluntades para el RR se llevará a cabo el próximo 26 de enero, en el horario comprendido entre las 6:00 am y las 6:00 pm, en mil 200 centros” en todo el país, informó en Twitter el CNE.
Es decir, y según lo establecido por el CNE, se tendrían que procesar en cada centro de recolección, cinco manifestaciones de voluntad por minuto sin ningún tipo de margen de error; algo humanamente imposible de llevar a cabo.
La guinda del postre fue la amenaza que Diosdado Cabello lanzó en rueda de prensa, al afirmar que solicitaría al ente electoral la lista de los firmantes para activar el referéndum. “Si usted pide revocatorio, no tiene que estar escondido”. Esto nos recuerda el antecedente ocurrido luego del referendo revocatorio de 2004 en contra de Hugo Chávez, cuando el gobierno utilizó la conocida “Lista Tascón” para perseguir a quienes firmaron en contra del Presidente, en especial a los empleados públicos. Lista que aún es utilizada.
Si las circunstancias regionales siguen favoreciendo al Socialismo del Siglo XXI, con el posible triunfo de Petro en Colombia y de Lula en Brasil, Maduro seguirá atornillado en Miraflores y, sin duda, tomará medidas aún más extremas para permanecer en el poder indefinidamente.
