«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El caballo de troya del comunismo en el mundo

Maduro se ríe del Nobel de la Paz y pide el premio para las Brigadas Médicas cubanas

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, REUTERS/Fausto Torrealba

El narcochavismo se crece. El desalojo de Trump de la Casa Blanca, la negativa de la Unión Europea a seguir reconociendo a Juan Guaidó como presidente en funciones de Venezuela y las buenas perspectivas para el socialcomunismo en América después de la victoria en Bolivia, han llevado al tirano Maduro no sólo a presentar en público unas «goticas milagrosas» contra el coronavirus, sino además, en un pirueta desvergonzada, a pedir el Premio Nobel de la Paz para un caballo de troya del comunismo cubano en el mundo: las Brigadas Médicas

Bajo la apariencia de una misión sanitaria, estas Brigadas son, como han denunciado decenas de organizaciones y gobiernos, el disfraz que el comunismo cubano utiliza para insertar a miles de agentes en las misiones médicas en los más de 20 países en los que ahora mismo opera.

Es conocido que estas Brigadas han permitido el despliegue de miles de agentes cubanos en Venezuela después de que Hugo Chávez se sumara a la causa comunista. También se conoce que en Brasil, en los tiempos de Lula da Silva, llegó a haber más de 400 de estos supuestos médicos enviados por La Habana, muchos de los cuales eran agentes de la Seguridad del Estado cubana al servicio del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT). Sus funciones son las de realizar tareas de acción política e inteligencia, además del control de los verdaderos médicos cubanos que forman parte del despliegue ‘sanitario’.

Desde 1963 —cuando operaron por primera vez en la recién independizada Argelia— y hasta la fecha, las Brigadas Médicas han supuesto una forma de financiación paralela del régimen castrista. Las Brigadas no son humanitarias, sino que Cuba ha cobrado, y sigue cobrando, ingentes cantidades de dinero, incluso de países de la Unión Europea que financian proyectos sanitarios en antiguas colonias (como es el caso de Portugal, Guinea Bissau y Cabo Verde). Los honorarios que deben pagar los países en los que operan están en torno a los 3.500 dólares por médico, incluidos los falsos sanitarios, y los Gobiernos deben comprometerse a no realizar indagación alguna sobre la titulación de los miembros de las Brigadas.

Tweet de Gerardo Pisarello, diputado en el Congreso español por el partido comunista Podemos.

Esta fuerza de penetración y control comunista bajo el disfraz de una misión sanitaria, es lo que el régimen chavista propone este año al Nobel de la Paz. Aunque este premio que otorga el Parlamento noruego a través de un comité se ha desprestigiado en las últimas décadas por su marcado componente político (llegó a dar un Nobel de la Paz preventivo a un presidente como Barack Obama cuando llevaba apenas unos días en el cargo), tampoco es elegante reírse desvergonzadamente de él como ha hecho la dictadura.

A día de hoy, las Brigadas Médicas cubanas operan en Angola, Arabia Saudita, Argelia, Bahréin, Burkina Faso, Cabo Verde, Catar, Chad, Congo, China, Dominica, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Granada, Guatemala, Guinea Conakry, Guinea Ecuatorial, Guyana, Jamaica, Kenia, Kuwait, Mauritania, Mongolia, Mozambique, Nicaragua, Níger, República Dominicana, Suazilandia, Suráfrica, Tanzania, Timor Leste, Trinidad y Tobago, Turquía, Uruguay, Venezuela, Vietnam y Zimbabue. Y no se descarta su pronto regreso a Bolivia, de donde fueron expulsadas cuando el corrupto Evo Morales se fugó.

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