La gran ventaja de ser un exagente del KGB y de haberte criado en el régimen soviético es que sabes de qué va la vaina y lo ves venir. Por eso el líder ruso Vladimir Putin, en su intervención durante la plenaria del décimo octavo encuentro del Club Internacional de Debate de Valdai, celebrado en Sochi, ve la expansión de la locura ‘woke’ por Occidente y tiene un ‘déjà vu’ histórico: le recuerda a las prolegómenos de la Revolución Bolchevique.
Ni siquiera la espantosa tiranía china entiende cómo nuestro mundo se está convirtiendo en el manicomio político que estamos viviendo, y desprecia todo ese absurdo masoquismo de sexo, raza y nacionalidad con la etiqueta de ‘baizuo’, ‘izquierda blanca’, con la que se echan unas risas.
«Contemplamos divertidos la parálisis que se extiende en los países que se han acostumbrado a verse a sí mismos como los buques insignia del progreso», dijo durante su intervención en un debate bajo el título ‘Remodelación mundial en el Siglo XXI’.
«Aunque, por supuesto, no es asunto nuestro lo que está pasando, la conmoción social y cultural que se está produciendo en algunos países occidentales, hay quien está convencido de que la agresiva eliminación de páginas enteras de la propia historia, la discriminación positiva a favor de las minorías y la exigencia a renunciar a la interpretación de tales valores básicos como madre, padre, familia y la distinción entre los sexos suponen un hito, una remodelación de la sociedad”.
El líder ruso se esforzó en dejar claro que el asunto no iba con él y que los occidentales podían hacer de su capa un sayo, pero también subrayó que «la abrumadora mayoría de la sociedad rusa» rechaza esas nuevas formas de pensar.
Todo lo que en Occidente se hace pasar por «avances sociales» que, supuestamente, traerán una nueva conciencia a la humanidad, un mundo más justo, dijo Putin. «Pero querría apuntar algo en este sentido: las recetas que proponen no son nada nuevo. Puede parecer paradójico, pero es algo que ya hemos vivido en Rusia. Sucedió en nuestro país después de la revolución de 1917, cuando los bolcheviques aplicaban las doctrinas de Marx y Engels».
Putin recordó que esos mismos revolucionarios también, como los ‘guerreros woke’ a lo Irene Montero o Alexandria Ocasio-Cortez, anunciaban que habían llegado para cambiar el estilo de vida tradicional, en lo político tanto como en lo económico e incluso la noción misma de moral, los principios básicos de una sociedad sana. «Trataron de destruir valores centenarios y milenarios, rediseñando las relaciones entre las personas, animando a la gente a denunciar a sus seres queridos y a sus familiares». Y esto se aplaudía como la marcha del progreso. Y fue muy popular en todo el mundo y lo apoyaron muchos. Y, como podemos ver, está llegando ahora»!.
