«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
EL ASPIRANTE PROPONE CENSURAR A MEDIOS OPOSITORES

Se encienden las alarmas por el programa de Gobierno del candidato comunista chileno Daniel Jadue

El candidato comunista Daniel Jadue - Facebook

El próximo 18 de julio, en Chile se realizarán las elecciones de las primarias presidenciales para Chile Vamos, el pacto oficialista, y del bloque Partido Comunista-Frente Amplio. Tras los primeros debates televisivos, las distintas encuestas nacionales ya han arrojado los posibles resultados de estos comicios, posicionando a Gabriel Boric (FA) como el ganador de las primarias izquierdistas pero, por otro lado, a Daniel Jadue (PC) como el que pasaría a segunda vuelta.

A propósito del debate de los candidatos de la extrema izquierda, resaltaron datos erróneos y contradicciones, como también propuestas que han llevado a cuestionar sus programas presidenciales, en especial los ejes programáticos del aspirante comunista a la presidencia.

Daniel Jadue es el candidato a la presidencia del Partido Comunista de Chile y del pacto “Apruebo Dignidad”. Tal como se define en su página web, es “masón, arquitecto y sociólogo, actualmente es alcalde de la comuna de Recoleta”, cargo que ostenta desde el año 2012 para el que fue reelegido por un tercer periodo en las mega elecciones del 15 y 16 de abril pasado.

A pesar de lo anterior, sigue siendo la carta presidencial de la izquierda radical. Ha propuesto un programa de gobierno “para un Chile digno, verde y soberano, plurinacional e intercultural, feminista y paritario”. Tal como era de esperar, hace una crítica al modelo de desarrollo chileno, acusándolo de ser el responsable de la “desigualdad, abusos y precariedades que han afectado a las grandes mayorías nacionales” lo que, a su juicio, desencadenó la revuelta del 18-O. Además, señala que la pandemia ha desnudado la “injusticia del modelo neoliberal” y que el Estado sería el responsable del “sufrimiento de la ciudadanía”.

Por ello, propone un “Estado Social y Democrático de Derechos, con un enfoque de Derechos Humanos”, como también una “Nueva Economía”. Para lograrlo, busca aplicar un impuesto de salida (exit tax), que significa agraviar el patrimonio de los chilenos que busquen dejar de ser residentes del país, situación que poco a poco está ocurriendo. Además, apunta a una reforma tributaria que aumente el impuesto a la renta y al patrimonio, atacando a personas naturales y empresas de mayores ingresos –lo que generará una fuga de capitales de inversión–. Pues, como se explicita en el programa de gobierno comunista, se busca imponer un “impuesto permanente a los patrimonios dirigidos a las y los súper ricos”.

Una propuesta contradictoria con la realidad de Jadue, pues él mismo posee cinco propiedades que superan los 700 mil dólares. La más lujosa de ellas, es su casa ubicada en la comuna de La Reina, que cuesta 300 millones de pesos chilenos (€346 000 euros). Esto ha generado una polémica, pues entre sus ejes programáticos también destaca el derecho a la vivienda, el que debería primar sobre el derecho a la propiedad privada. Es decir, que favorece las “tomas” u ocupaciones ilegales de las propiedades sin consentimiento de sus dueños, y los ocupantes no podrán ser desalojados.

Por otro lado, busca eliminar el sistema de Administradores de Fondos de Pensiones y en su lugar instalar un nuevo “sistema de seguridad social” que se base en la “justicia social y justicia actuarial”. Según indica, adoptarán las recomendaciones de la ONU, OIT y la CEPAL para instalar el concepto “escalera de la seguridad social”, lo que permite instaurar un sistema de reparto en tres sentidos: intergeneracional, intrageneracional y de género.

En temas de educación, el programa de Jadue propone profundizar los cambios estructurales que hizo el segundo gobierno de Michelle Bachelet, para “desmercantilizar” el sistema educativo y que sea funcional a la nueva sociedad comunista. En este aspecto, llama la atención que en el afán de destruir el “mercado” y la competencia dentro del sistema de educación, se modifiquen los procesos de admisión escolar como también las pruebas estandarizadas que miden la calidad de los establecimientos educacionales.

Asimismo, desea poner fin al CAE (Crédito con Garantía Estatal que ha ayudado a miles de estudiantes universitarios a financiar sus estudios) y condonar progresivamente esta deuda a quienes la tengan. De la misma forma, que se enseñe un enfoque no sexista, es decir, incluir programas de sexualidad, derechos sexuales y reproductivos basados en la agenda feminista y de género; y una educación intercultural y pluricultural.

No obstante, estas promesas son irrealizables según los expertos. Pues, según el encargado programático de la candidatura del aspirante comunista, Fernando Carmona, el costo total del programa es de $34.880 millones de dólares, lo que es extremadamente alto si se compara con los costos de los dos últimos programas presidenciales (el de la expresidente Michelle Bachelet costó $15.500 millones de dólares, y el del presidente Sebastián Piñera estaba evaluado en $14.000 millones de dólares). Solo la condonación gradual del CAE cuesta $10.000 millones de dólares, es decir, casi un tercio de lo estipulado del programa total.

Otro de los puntos a destacar y que ha sido muy comentado en la opinión pública chilena, es el ataque a la libertad de prensa y de expresión bajo el eufemismo de “pluralismo informativo y acceso equitativo a los medios de comunicación”. Para lo anterior, desde los ideales comunistas se busca sentar una Plataforma o Sistema de Medios Públicos (SMP) y tramitar una Ley de Medios, tal como se ha impulsado en Ecuador y Venezuela, que regule los medios de comunicación (estatales y privados) al igual que sus líneas editoriales. Es más, en el debate presidencial del bloque PC-FA, Jadue señaló que tiene la intención de instalar un “consejo ciudadano” ―compuesto por todos los poderes del Estado pero también representantes de la ciudadanía― que regule el contenido de los distintos medios de comunicación. En el caso que un medio no sea considerado objetivo por este consejo, se le quitará la concesión.

Esto generó una gran controversia, incluso, con periodistas que son reconocidamente izquierdistas. Daniel Matamala es uno de ellos, quien cuestionó el consejo ciudadano en una columna al medio La Tercera, titulada “El fin y los medios”. En ella, el periodista de CNN señala que en democracia no debe existir algún grupo que señale qué contenidos son objetivos y cuáles no, y le cuestiona a Jadue si le gustaría imponer esa medida si ganase la presidencia un candidato de derecha.

Por su parte, la candidata presidencial del Partido Socialista, Paula Narváez, señaló que regular los medios de comunicación “es propia de gobiernos autoritarios y dictaduras”. Sin embargo, hubo apoyo de agrupaciones de comunicadores progresistas a la medida de Jadue, como el Colegio de Periodistas y la Comisión Chilena de Derechos Humanos.

En definitiva, las primarias presidenciales han capturado la opinión pública, en especial los dichos y las propuestas del candidato comunista. No obstante, su contendor del Frente Amplio, Gabriel Boric, no está muy lejos en su relato, pues incluso llegó a amenazar en pleno debate al presidente Piñera de acusarlo internacionalmente por supuestas violaciones a los Derechos Humanos en el contexto de la insurrección izquierdista del 18 de octubre de 2019.

La hegemonía izquierdista se ha asentado en Chile, pues ya amenazan en cómo nos entenderemos como sociedad. El programa de Jadue es explícito en señalar que busca “darle forma a la nueva sociedad que vendrá”, es decir, modificar todo sentido común en todos los espacios cotidianos e institucionales.

Finalmente, veremos el próximo 18 de julio quién ganará las primarias de ambos pactos, y si el candidato electo dentro del pacto de Chile Vamos tiene alguna posibilidad de imponerse a la candidatura izquierdista. No obstante, se debe tener en consideración a otros candidatos que no fueron a primarias y decidieron ir directamente a la papeleta presidencial de noviembre próximo, como José Antonio Kast, del Partido Republicano. Pero en la otra vereda, la figura de la actual presidente del Senado, Yasna Provoste (Democracia Cristiana) ―quien fue destituida como ministra de Educación en el primer gobierno de Bachelet― se ha impuesto como una buena carta de la izquierda moderada que podría ganar en todos los escenarios en segunda vuelta, según la última encuesta Cadem. No obstante, aún todo puede suceder, pues hace unos meses Pamela Jiles lideraba los distintos sondeos y hoy ya no es mencionada en ellos.

TEMAS |
.
Fondo newsletter