«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

A Aznar se le entiende todo, aunque no hable en catalán

No sabemos si José María Aznar seguirá hablando catalán en la intimidad pero cuando utiliza la lengua del imperio se le entiende todo. Hoy encontramos por doquier un amplio resumen de las consideraciones del ex presidente del Gobierno –presidente, según la Constitución– acerca de la loca aventura secesionista de Artur Mas y sus acólitos. Casi todos (nosotros no) lo interpretan como un nuevo tirón de orejas –otro más– por parte de Aznar hacia su ahijado político y actual presidente, Mariano Rajoy. Las declaraciones del ex presidente estuvieron, como siempre, muy puestas en razón cuando, por ejemplo, habló de “no consentir que un poder se ejerza por quien no debe y para lo que no debe” o al instar –suponen algunos que a Rajoy– a “poner fin al desfalco de soberanía nacional que se está llevando a cabo por parte del nacionalismo”. Son palabras que recuperan al mejor Aznar del año 2000, tal vez no tanto al de 1996, cuando se vio obligado a suscribir los pactos del Majestic o a hablar catalán –ya lo hemos dicho– en la intimidad y a desplazar –para contentar a Jordi Pujol– al entonces líder del PP de Cataluña Alejo Vidal-Cuadras. El mismo Aznar que suprimió la mili obligatoria –uno de los escasos elementos de cohesión nacional que nos quedaban– o los gobernadores civiles. Esto no lo vemos destacado en ningún medio y conviene no olvidarlo. Tampoco que la política es a veces, simplemente, el arte de lo posible, dicho sea en beneficio de los herederos políticos del presidente de FAES.

ABC se entretiene en ofrecernos lo último sobre las andanzas de Lanzas. Ya saben, el apandador ugetista que afanó presuntamente –siempre presuntamente– una fortuna detraída según sospecha la juez Alaya de la partida 31l, la del famoso fondo de reptiles. Detalla el decano de la prensa madrileña que al desaliñado sindicalista le gustaba invertir en todo tipo de productos financieros: fondos de inversión, acciones de YPF… instrumentos financieros que, según la terminología oficial de esta gente, son cosa nefanda y diabólica; materia sólo apta para capitalistas y yuppies de maletín y traje caro. Lo cierto es, según parece, que Lanzas y sus andrajos se paseaban con cierta frecuencia por una sucursal del Banco de Santander de Mancha Real, provincia de Jaen, para participar de primera mano en los entresijos de esa economía capitalista que tanto dicen odiar en público. Con razón declararon sus padres a la Guardia Civil que fue a registrar su vivienda en busca de fajos de billetes en efectivo aquello de “aqui hay dinero p`a asar una vacaaa… pero no os amo a desí andé tá”… si es que la bolsa da para mucho… y los sindicalistas sin enterarse.

Aunque para rizar el rizo de las noticias absurdas y surrealistas de hoy anoten lo de Renfe, que “exigirá a sus camareros que hablen fluidamente las lenguas cooficiales” según nos cuenta El Mundo. “Toma nísperos, Mariana, que son para la marrana”, hubiera dicho el gran Jaime Campmany. Resulta que, según queja de un diputado convergente, un pasajero “no pudo dirigirse en catalán al personal de Renfe que prestaba el servicio y encima tuvo que soportar un comportamiento maleducado”. Pues qué tristeza. El caso es que el Gobierno ha procurado dar satisfacción a tan sentida queja y en su respuesta anuncia que a partir de ahora se reclamará a la empresa adjudicataria que su personal “tenga un alto conocimiento y fluidez del castellano, el inglés y las lenguas cooficiales para los servicios ferroviarios nacionales así como del francés y el portugués para los servicios ferroviarios que tengan origen o destino Francia o Portugal. Y si hace falta, el silbo gomero, como dice nuestro gran Carlos Toda. Señor, llévame pronto.

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