Un gallego tan universal como Camilo José Cela definió el toreo como «un arte misterioso, vivísimo y entrañable, mitad vicio y mitad ballet». El Premio Nobel de Literatura llegó a ser novillero y publicó numerosos escritos taurinos, caso de El gallego y su cuadrilla, de 1949, o Toreo de salón, de 1963.
No es casualidad que su tierra de origen, Padrón, fuese durante muchos años uno de los pocos bastiones taurinos de Galicia. Sin embargo, las cosas han cambiado a peor y, en la actualidad, el cierre de la plaza de toros de La Coruña y el parón de las pocas plazas de provincia que mantenían esta tradición han hecho que solo quede un recinto con actividad taurina en Galicia.
Ese reducto para los aficionados del Noroeste es el Coso de San Roque, ubicado en pleno centro histórico de Pontevedra. Su construcción data del año 1900, aunque los documentos históricos acreditan que la tradición taurina de la ciudad data, cuando menos, de 1559, año en que se celebró una corrida para celebrar el fin de la guerra que venían librando España y Francia.
La plaza actual fue renovada en 1996, cuando se incorporó una bella y original cubierta metálica recubierta de una gran lona blanca que replica los materiales empleados para las velas de las embarcaciones que participan en regatas deportivas. La estructura tiene la peculiaridad de dejar el semicírculo central al descubierto, lo que favorece la luminosidad del recinto.
Desde hace muchos años, las mayorías políticas pontevedresas han hecho todo lo posible para minar la celebración de festejos taurinos de la Feria de La Peregrina, programada cada verano en el Coso de San Roque. La única diferencia entre Pontevedra, donde se siguen dando corridas, y La Coruña, donde ya no se celebran festejos taurinos, radica en la titularidad de uno y otro coso. Y es que, mientras la Feria de La Peregrina se da en un recinto de titularidad privada perteneciente a la Casa Lozano, el Coliseum coruñés está en manos del Ayuntamiento, que ha hecho todo lo posible para acabar con los toros en la ciudad.
En 2020 y 2021, la Casa Lozano no llegó a organizar ninguna corrida, en parte por las estrictas medidas sanitarias que tomó la Xunta de Galicia ante la pandemia del coronavirus, en parte por entender que no se daban las condiciones de mercado para organizar un ciclo a la altura de lo habitual. En cambio, este 2022 sí habrá toros en Pontevedra, se celebrarán dos corridas los días 13 y 14 de agosto.
Las combinaciones anunciadas por la empresa propietaria y gestora del recinto son las siguientes:
– Sábado 13 de Agosto: El Juli, José María Manzanares y Tomás Rufo (Garcigrande).
– Domingo 14 de Agosto: Morante de la Puebla, El Fandi y Roca Rey (Alcurrucén).
Una plaza alegre y sabia
Como es habitual, el ciclo contará con la presencia de las peñas taurinas de la ciudad gallega, que cuentan con un descuento del 20% en la compra de entradas y llenan de colorido los tendidos de la plaza. En 2019, antes de la pandemia, la plaza tenía más de 3.000 abonados, de modo que casi el 50% de la plaza se cubre simplemente con la presencia del público más fiel.
A estos asistentes hay que sumarles otros 2.000 o 3.000 espectadores que pasan cada tarde por San Roque. Algunos vienen de La Coruña, donde el antitaurinismo municipal les ha dejado sin corridas de toros. Otros vienen de las Rías Bajas, lugar de veraneo donde se reúne gente proveniente de toda España. Y no faltan los aficionados del norte de Portugal, que se dejan caer por La Peregrina para disfrutar del toreo a pie.
La Casa Lozano ha presentado los carteles refiriéndose al ciclo de La Peregrina como «una feria referente en el calendario, cita obligada y anhelada por las figuras, y que volverá a contar con la alegría de sus peñas y de la sabia afición gallega». «Durante un fin de semana, Pontevedra contará con aficionados provenientes de toda España y también de Portugal. Todos ellos acuden al reclamo de esta programación taurina tan importante y supondrán una importante inyección económica para la ciudad», ha agregado.
