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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

'El amor a la patria y a la tradición no es una ideología'

Casi un año después de su paso por el Teatro Real, José Manuel Soto vuelve a Madrid con un concierto organizado en colaboración con Intereconomía. Dos horas de las canciones de siempre, de temas nuevos y de célebres amigos en el escenario. La cita será el 5 de junio a las 21.00 en el Teatro Rialto.
– ¿Qué nos puede adelantar de esta visita a Madrid?
Venimos a Madrid una o dos veces al año a cantar, porque si no vienes a Madrid la gente se olvida de ti. Estoy, como dice la canción, encantado, agradecido y emocionado.
– ¿Cómo es cantar en Madrid?
Cantar es igual en todos lados.
– Cambio la pregunta ¿Cómo es el público de Madrid?
Siempre ha sido, conmigo al menos, muy cariñoso. Mis primeros conciertos fueron en el 83, hace ya 35 años… Aunque entonces cantaba yo en las salas rocieras, con guitarra, más rudimentario. He cantado en todos los barrios, en fiestas populares, me gusta estar en lo popular… y el público conmigo siempre ha sido agradecido, sencillo, cercano, en general como es el de España. Gente sencilla y muy normal.
– ‘Soy español’, un nuevo tema que acaba de lanzar al mercado.
Es una canción que transmite un sentimiento de orgullo por pertenecer a un país como es España, un gran país que ha dejado una huella muy hermosa en el mundo. Aunque pasamos por momentos ahora muy complicados, con mucha gente despistada, mal informada.
-¿Por qué cree que pasa esto?
Porque se ha dedicado muy poca energía a la educación de los jóvenes en el conocimiento de su propio país, de su cultura y eso ha generado que haya generaciones de gente que ahora mismo tiene poco arraigo.
-Antes de seguir hablando del panorama nacional, una cuestión más sobre esta nueva canción. La última vez que un cantante se puso patriótico -Marta Sánchez con su himno de España- el debate fue colosal…
Siempre hay gente a la que le gusta y gente a la que le molesta; siempre pasa cuando se habla de España. Es una carga que tenemos los españoles y la asumo, asumo que me van a decir de todo, sobre todo los que estén en contra.
-Más ruidosos…
Más vociferante, ocupa más las redes sociales y las calles. Luego hay una mayoría silenciosa de españoles que está de acuerdo con esa opinión mía, pero están menos presentes en los medios… Y, volviendo a la canción, es un pasodoble que dice ‘soy español’, una canción festiva con aire de carnaval de Cádiz, guitarrero… Yo me la imagino cantada en las verbenas del verano y a mí eso me encanta.
-Hablaba antes de las redes sociales. Desde que difundió un vídeo criticando al separatismo catalán, no ha dejado de decir lo que piensa sobre esta cuestión del independentismo, de la amenaza del Islam, ha hecho campañas de Piel de Toro…
Yo nunca me callo,  lo que pasa es que tengo épocas más intensas porque lo que no se puede en la vida es ser pesado. A mí me gusta opinar, y creo que las redes sociales son una buena herramienta.
-Cada vez que opina se convierte en noticia…
Mi opinión es controvertida porque es un poquito contraria a la de mi gremio, a la que se supone que tienen los artistas que, de siempre en España, parece que son más bien de izquierdas. Tampoco es que yo sea de derechas ni nada, soy español y tengo unos principios, unas costumbres, una forma de ser y de vivir, que está muy bien. Creo que España es un país que merece mucho la pena sin que eso se corresponda con ninguna ideología. El amor a la tierra, la patria, la tradición no es una ideología, pero ahora todo está contaminado por la guerra ideológica y política.
-¿Le preocupa ser noticia por eso, crear polémica?
Me dan guantazos por todos lados, pero creo que en la vida, y en momentos de tanta controversia, se agradece gente que hable claro y tome partido. Yo, por lo menos, lo agradezco. Cuando veo los perfiles de los artistas que solo hablan de sus conciertos, me parece aburridísimo…
-Dicen que le dan guantazos, pero seguro que también le llegan mensajes de apoyo…
Mucha gente me lo agradece, porque estamos huérfanos de gente pública que se moje. Es lo cómodo, no mojarse, pasar de puntillas por las cosas, pero yo agradezco cuando la gente se moja. Como ha hecho [Albert] Boadella, que me parece admirable.
-¿Por qué?
Porque que un catalán, referente del arte vanguardista, rompedor, una figura de la época antifranquista y la Transición, valiente y moderno, se pronuncie en contra de esto, me parece súper sano y se lo agradezco mucho. Necesitamos referentes que defiendan la convivencia, lo que nos hemos dado todos.
-También es muy crítico con Podemos…
Porque noto un tufillo muy claro de resentimiento. Creo que lo peor que puede hacer un político es gobernar con resentimiento y en Podemos se huele enseguida. Hay una especie de querer volver a las dos españas, a los buenos y los malos, a la Guerra Civil… Habrá mucha gente con muy buena intención es en Podemos y seguro que muchas de las cosas que dicen tienen razón; en España hay desigualdades y problemas y mucha gente que está mal, pero hay que desprenderse de la idea de la vieja izquierda que está muy pasada. La izquierda moderna debe ser la que pelee por las desigualdades con un espíritu abierto y mirando al futuro. Eso hay que superarlo ya.
-Volviendo a la canción… ¿por qué las mejores canciones, las más escuchadas, son de desamor?
Es más fácil escribir al desamor que al amor. Cuando uno está felizmente enamorado no se encierra en un cuarto a escribir canciones, lo que hace es disfrutar.
Cuando uno tiene un desengaño, algo que le duele, que le ha dejado una huella profunda, es cuando tiende a sacarse cosas del alma, a reflejarlas en una canción. EL arte universal viene más del dolor que de la alegría. La música que canta a la felicidad creo que está más vacía; cuando uno está tocado por un dolor, sobre todo si es de amor, te sale un ‘yesterday’ o las poesías de Becquer. Todo viene más del dolor que del gozo.
-¿En qué momento profesional se encuentra?
En el momento de madurez; me siento joven y con fuerzas, pero ya con un recorrido, unos años de camino que me han hecho coger seguridad. Porque en las profesiones de cara al público se pasa miedo. Tienes Al principio sales a cantar con un sudor frío, miras la lista de canciones que tienes delante, te faltan 20 y dices ‘¿cuándo se va a acabar esto?’ Cuando superas el miedo, porque has aprendido el oficio, lo que haces es disfrutar… y hacer que la gente disfrute.
-¿Y personal? 
Igual, uno ya ha aprendido a convivir con uno mismo, a saber sus limitaciones, elegir amistades… elegir con quién se va uno de pesca. El tiempo ya va escaseando, cada vez te quedan menos años de plenitud y lo valoras más. Pero es un momento muy bueno personalmente, sano y con ganas de disfrutar de la vida.
-¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de sus padres y qué legado quiere dejar a sus hijos?
Con mis padres todo lo que recuerdo es bonito. Somos nueve hermanos y todo lo que recuerdo de la niñez -los veranos en la playa, cuando ir a la playa desde Sevilla eran cinco horas de coche, la magia de la infancia- es bueno. Los primeros años de adolescencia, cuando nació mi primer hijo… También hay momentos en la vida malos, el ir a colegios interno… pero eso se va olvidando.
-¿Y sus hijos?
En mi casa lo pasamos muy bien, es una casa muy divertida. Mis niños cantan, mi mujer también… Vivimos en una ciudad muy familiar, tenemos a todos los primos cerca y salimos mucho a tomar cervecitas. Estamos muy unidos y espero que recuerden eso aunque últimamente estoy un poquito cascarrabias con ellos.
-¿Por qué?
Porque creo que a los niños no hay que darles todo, no se les puede decir que sí. Si llego de viaje y veo que se han tomado mi vino, me enfado. ‘No tomarse mi vino y si lo tomáis, pues vais y compráis para que cuando llegue lo tenga fresquito». Así que muchas veces dicen ‘qué cascarrabias es mi padre’. Ahora intento ayudarles, porque están intentando hacer su carrera con la música, pero como todos los chavales no echan mucha cuenta de su padre. La juventud es eso, es romper con lo anterior, querer crear un mundo nuevo y dar poca importancia a la experiencia. Cuando pasen los años se darán cuenta.
-Muchas veces hacemos esta pregunta, pero en su caso es, además, con conocimiento de causa porque usted participó en una edición de Supervivientes. ¿Qué tres cosas se llevaría a una isla desierta?
Si hay buena cobertura, un móvil desde luego, porque ahí está todo. Después una guitarra y una caja de vino de jerez.
-Nos despedimos… hasta el 5 de junio. ¿Qué veremos en el Rialto?
Emoción, risa, participación… En los conciertos hay que reunir todas las sensaciones que se puedan en menos de dos horas. Creo que si estoy vivo en la música después de 35 años es porque los conciertos los hacemos bien.

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