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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El director de Infovaticana recoge el guante de Osoro: ‘Hora de actuar’

Pantallazo de la noticia publicada en Infovaticana sobre las declaraciones de Osoro : 'Hay que actuar' |IV

El director de Infovaticana ofrece al arzobispo Osoro algunas sugerencias para poner en marcha la ayuda a los refugiados.

El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, en declaraciones recientes a Europa Press, recordaba que la Iglesia “nunca ha permanecido impasible ante la tragedia de los refugiados” y llamaba a la actuación concreta.

Tras recordar que la Iglesia había hecho “ofertas” como la de los corredores humanitarios, explicaba que la forma de ayudar a los refugiados “no solo es traer por traer”.

“Hay que saber hacerlo y yo he visto en Italia una experiencia de la Comunidad de Sant’Egidio que es exportable para cualquier sitio, pues ayuda a los refugiados a integrarse, descubrir y valorar el lugar donde llegan, a adaptarse a las costumbres; no es traerles y desentenderse, dándoles solo un suelo para pisar”, decía.

Poco después añadía que la realidad de los refugiados es “suficientemente grave” para “actuar” y no quedarse solo en las “ideas”.

Recoge el guante

Así, el director de Infovaticana, Gabriel Ariza, recogía el guante del arzobispo y ofrecía algunas sugerencias para poner en marcha esa ayuda, como ya han hecho algunos otros países europeos que han acogido en comunidades e incluso salones parroquiales a familias de refugiados.

“En su palacio episcopal caben, a ojo, por lo menos 15 familias cómodamente.
Además, la sede de Alfa y Omega y la de la Oficina de Información podrían albergar otras 5 familias.

Seguimos con Bailén, sede de las oficinas del Obispado, y donde solo la secretaría del cardenal ocupa un área que bien podría albergar otras 2 familias.

El maravilloso patio interior del palacio episcopal sería refugio ahora en verano para 3 familias.

No quiero pensar la de refugiados que caben en las decenas de pisos dispersos por la ciudad y propiedad del Obispado. Los curas podrían alojarse en la residencia sacerdotal o en el seminario, y dejar espacio para otras 100 familias.

En el Atazar tiene el Obispado una casa de convivencias en la que caben sin pestañear 30 familias.

¿Cuántas llevamos?

Es hora de actuar, don Carlos”.

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