«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU

Las polĂ­ticas familiares son el nĂșcleo de la sociedad

FotografĂ­a de una familia. Europa Press

No hay duda de que la protecciĂłn de la familia es uno de los ejes del programa conservador, pero en medio del dĂ­a a dĂ­a, en el fragor de la batalla de las ideas, con frecuencia ocupa un lugar secundario en el debate. Por eso resulta necesario e inspirador el ensayo de Micah Meadowcroft en The American Conservative «para que los hombres se conviertan en padres». «Los esfuerzos por desmantelar a la familia, por fingir que es una construcciĂłn arbitraria que ocluye en lugar de mediar en la relaciĂłn entre la persona humana y el poder polĂ­tico soberano, son en gran medida recientes», relata, «aunque quizĂĄs deberĂ­amos reconocer aquĂ­ a PlatĂłn y a cierta ciudad famosa en su discurso. Y estos esfuerzos, una y otra vez, y aĂșn hoy, nos han deshumanizado y degradado, se reconozca o no que sean totalitarios». No se trata solamente de defender «la cĂ©lula de la sociedad» –como llamĂł a la familia Juan Pablo II– por principios morales, sino de comprender que la pervivencia de la familia y la natalidad consolidan tambiĂ©n la economĂ­a, la productividad, y el futuro de una naciĂłn. «El baby boom estadounidense se produjo en dos dĂ©cadas de triunfo estadounidense», añade el autor, «no creo que haya sido un accidente. El cristianismo cultural y las viejas expectativas sociales normativas dieron un guion, pero un confiado optimismo en la capacidad de crecimiento del paĂ­s, en un sentido de espacio abierto genuino, le dio al hombre estadounidense, y a la mujer estadounidense con Ă©l, porque los sexos suben y bajan juntos, algo a lo que aspirar, y la audacia de traer muchos niños a este mundo».

No hay duda de que la protecciĂłn de la familia es uno de los ejes del programa conservador, pero en medio del dĂ­a a dĂ­a (…) con frecuencia ocupa un lugar secundario en el debate

Audacia y propuestas creativas son necesarias para contrarrestar la marea progresista, un bombardeo diario contra la familia, el matrimonio, y la natalidad. La nueva izquierda identitaria no encuentra otro anclaje ideológico que la destrucción de esos tres pilares de la sociedad, y por eso, para lograr el objetivo de demoler a la familia, estå dispuesta a emplear recursos desproporcionados, en ocasiones abiertamente anticonstitucionales, y hacerlo ademås sin consenso ni consultas populares, porque tienen la certeza de que si dejaran hablar a los votantes perderían gran parte de sus lunåticas batallas. 

En Estados Unidos la propuesta demĂłcrata de modificaciĂłn del TĂ­tulo IX de la legislaciĂłn educativa estĂĄ generando polĂ©mica, no solo por la imposiciĂłn ideolĂłgica arbitraria que supone, sino tambiĂ©n por el atajo elegido para lograrlo: «Ya es suficientemente malo que las nuevas regulaciones entren en conflicto con la libertad de expresiĂłn, los derechos de los padres, la realidad biolĂłgica y los derechos de las mujeres», escriben los editores de National Review, «pero el hecho de que lo hagan en flagrante contradicciĂłn con las leyes y polĂ­ticas estatales y federales decididas democrĂĄticamente los hace aĂșn mĂĄs atroces». 

Audacia y propuestas creativas son necesarias para contrarrestar la marea progresista, un bombardeo diario contra la familia, el matrimonio, y la natalidad

Entre las novedades en la enmienda educativa, se encuentra que «los padres que se nieguen a dar luz verde a la transición de género de sus hijos podrían ser investigados por discriminación; o que pueda ocultårseles el estado transgénero de sus hijos en la escuela». «Todo esto sin autoridad constitucional», recuerdan los editores, «Es el papel del Congreso, no del estado administrativo, promulgar la legislación». «Desafortunadamente, este es el tipo de abuso ejecutivo que esperamos de las administraciones demócratas», concluyen con rotundidad.

Como la prioridad de la izquierda es la imposiciĂłn ideolĂłgica, regresando a su raĂ­z tĂ­picamente totalitaria, si es que alguna vez la habĂ­an abandonado, no acuden a las verdades cientĂ­ficas salvo cuando sirven para respaldar las ideas que defienden. Por eso, como recuerda Jordan Boyd en The Federalist, ha resultado tan cĂłmico como trĂĄgico admirar la reacciĂłn mundial de asombro en la izquierda ante la noticia del estudio que demuestra que los bebĂ©s mutan sus rostros en funciĂłn de si les gusta o no lo que estĂĄ comiendo la madre. La autora señala especialmente a los medios de comunicaciĂłn alineados con los poderes de la izquierda, que se empeñan una y otra vez en maquillar la verdadera opiniĂłn de la mayorĂ­a de los estadounidenses sobre las leyes del aborto que estĂĄ defendiendo Biden. «Los medios pueden arrullar todo lo que quieran a los bebĂ©s que aĂșn no han nacido, que se retuercen cuando comen vegetales, pero al final del dĂ­a, recuerda que la prensa corrupta siempre se pone del lado de las personas que estĂĄn perfectamente de acuerdo con terminar con esas vidas antes de nacer». 

En la nueva izquierda identitaria (…) tienen la certeza de que si dejaran hablar a los votantes perderĂ­an gran parte de sus lunĂĄticas batallas

En parte, en lo estrictamente polĂ­tico, y segĂșn defiende David Catron en The American Spectator, los ronroneos abortistas de Biden no son mĂĄs que un intento desesperado por distraer la atenciĂłn de la opiniĂłn pĂșblica del desastre de la inflaciĂłn. Catron considera que el aborto no les salvarĂĄ esta vez: «Los intentos desesperados de la Casa Blanca, los demĂłcratas del Congreso y los medios corporativos de volver a centrar la atenciĂłn de los votantes en el aborto en lugar de la inflaciĂłn estĂĄn fracasando. La mayorĂ­a de las encuestas acreditadas muestran que el electorado estĂĄ mucho mĂĄs preocupado por la mala gestiĂłn de la economĂ­a por parte del presidente Biden y sus colaboradores en el Congreso que por las amenazas a los derechos reproductivos que plantean los republicanos de MAGA. Contrariamente a las esperanzas demĂłcratas, noviembre no serĂĄ sobre aborto VS inflaciĂłn. Las elecciones intermedias serĂĄn un referĂ©ndum sobre el desempeño de Biden, particularmente en lo que afecta la inflaciĂłn».

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