«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
el objetivo es detectar la presencia del gen SRY

La federación internacional de atletismo exigirá un test genético a quienes quieran competir en la categoría femenina

La atleta Caster Semenya. Michael Kappeler

A partir de marzo, sólo podrán competir en la categoría femenina del atletismo de élite aquellas deportistas cuyo sexo biológico sea exclusivamente femenino, así como aquellas personas con cromosomas XY que sean totalmente insensibles a los efectos androgénicos de la testosterona —es decir, que presenten fenotipo femenino pese a tener gónadas masculinas—, según se prevé en la nueva norma que la federación internacional de atletismo, World Athletics (WA), consultará con la comunidad deportiva.

Para determinar la elegibilidad, todas las atletas de nivel elite —las clasificadas para Juegos Olímpicos, Mundiales, campeonatos continentales o la Diamond League— deberán someterse a un examen genético mediante muestras de saliva o sangre seca, cuyo objetivo es detectar la presencia del gen SRY (asociado con el cromosoma Y) y evaluar la sensibilidad de su organismo a la testosterona.

Bajo el liderazgo de Sebastian Coe, WA ha sometido estas propuestas a consulta entre atletas y expertos. La medida afecta de manera equitativa tanto a las mujeres trans como a las atletas con condiciones XY DSD —personas a quienes se asigna el sexo legal femenino al nacer o que se identifican como tales pese a tener testículos funcionales—. Actualmente, la normativa permite que sólo las mujeres trans que hayan iniciado su supresión hormonal antes de la pubertad y mantengan niveles de testosterona por debajo de 2,5 nanomoles por litro puedan competir, mientras que las atletas XY DSD pueden participar si reducen sus niveles de testosterona a cualquier edad. Sin embargo, la nueva regla prescindirá de la evaluación de la concentración de la hormona y de la edad de transición, centrándose exclusivamente en la detección genética y la respuesta biológica a los andrógenos.

Investigaciones indican que, tanto en mujeres XY DSD como en las transgénero que han recibido terapias de supresión hormonal, dicha intervención sólo mitiga parcialmente la ventaja asociada a la testosterona. Estudios adicionales señalan que incluso antes de la pubertad ya existen diferencias atléticas de más del 3% entre ambos sexos, derivadas de la exposición a la hormona, la cual influye en características corporales como la estatura, la envergadura y la alineación muscular.

La elección de utilizar el test del gen SRY responde a la complejidad inherente a determinar el sexo biológico únicamente mediante la observación de genitales o cromosomas, ya que estos elementos se manifiestan en un espectro. Por ejemplo, aunque el patrón cromosómico XX suele corresponder a ovarios y vagina, el resultado final depende de la acción de hormonas androgénicas; de igual forma, algunas personas con cromosomas XY pueden presentar características femeninas debido a una insensibilidad a dichos compuestos.

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