El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado a los países de Europa a reconfigurar sus políticas fiscales para asegurar estabilidad a futuro, recomendando el fin de beneficios impositivos que favorecen a los sectores más ricos y sugiriendo que se evalúen las exenciones para las corporaciones que no aportan a un desarrollo sostenible.
De acuerdo con su reciente Informe Regional para Europa, la entidad internacional señala que las finanzas públicas en el continente han sufrido importantes reveses debido a las crisis recientes. Ante esta situación, es urgente establecer políticas que aseguren un manejo fiscal responsable y sostenible. «La política fiscal debe retomar su papel de protector financiero y facilitar la sostenibilidad de la deuda», afirma el informe del FMI.
El análisis también subraya la importancia de reducir o eliminar los incentivos fiscales para los hogares con altos ingresos, que, según el FMI, suelen no cumplir con el objetivo de impulsar el crecimiento económico de manera equitativa. Para la organización, es “fundamental optimizar la recaudación fiscal de manera justa y eficaz”.
El FMI hace especial hincapié en la necesidad de revaluar las exenciones fiscales a ciertos sectores empresariales, que, en opinión de la entidad, en muchos casos distorsionan la competencia sin generar los resultados esperados para la economía en general. «Eliminar estas ventajas impositivas podría aumentar la competitividad y mejorar la eficiencia en el mercado», indica el documento.
Otra de las inquietudes es el aumento en la deuda pública. Desde 2020, las naciones europeas han acumulado deuda sustancial para enfrentar crisis como la pandemia y la guerra en Ucrania. Aunque estas políticas fueron necesarias, el FMI advierte que mantener altos niveles de deuda sin un ajuste adecuado podría constituir un riesgo a largo plazo.
Para impulsar una recuperación económica robusta, el FMI recomienda ampliar la base impositiva y fortalecer la eficacia en la recaudación de impuestos. Esto incluye reducir las brechas fiscales y optimizar la recaudación sin desincentivar el consumo ni la inversión productiva. «Un ajuste fiscal equilibrado es clave para no poner en riesgo el crecimiento», señala el informe.
La entidad también enfatiza la importancia de orientar el gasto público a sectores clave como infraestructura y energías limpias, ya que inversiones adecuadamente dirigidas pueden mejorar la competitividad y promover el crecimiento. Esto, según el FMI, permitiría a los gobiernos cumplir sus compromisos climáticos sin afectar el crecimiento económico.
El FMI también alerta sobre los desafíos adicionales que enfrenta Europa, como el envejecimiento de su población y los problemas de productividad, factores que agravan el panorama fiscal. «Una combinación de factores estructurales y nuevos desafíos», entre los que se incluyen el cambio climático y la volatilidad energética, están limitando el crecimiento potencial de la región.
Para superar estos obstáculos, la institución subraya la necesidad de reformas fiscales profundas y la integración de los países en el mercado común europeo. «Un mercado más cohesionado podría facilitar la innovación y fortalecer el crecimiento sostenible», concluye el documento.
Aunque estas recomendaciones no son nuevas, el FMI recalca que la situación actual es crítica, y que, a pesar de las dificultades, las reformas fiscales son esenciales para reforzar la resiliencia económica de Europa en un contexto global cada vez más incierto.