El Gobierno de coalición alemán, formado por tres partidos políticos —el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Los Verdes y el Partido Democrático Libre (FDP)—, asumió el poder en diciembre de 2021 y puso fin a la era de Angela Merkel como canciller. Adoptó desde el principio una serie de medidas que suenan a fracaso político-económico… aprobó un paquete de ayuda de 130.000 millones de euros para hacer frente a la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania, aumentó el salario mínimo a 12 euros la hora, convirtió en «religión» la inversión en energías renovables, etc.
El resultado de la alianza socialdemócrata con Los Verdes, que no son comunistas pero les falta muy poco, ha llevado a Alemania el freno económico (en 2022 creció un 0,9% y en 2023 en los tres primeros trimestres estuvo en un 0%) y les ha hundido en los sondeos.
La inflación llegó a alcanzar un 11,6% en octubre de 2022… y a pesar de las medidas tomadas por el Gobierno alemán —reducción del impuesto a la energía en un 30 % para los hogares y las empresas y un subsidio a los hogares de bajos ingresos— se ha tardado más de dos años en controlar. El pasado mes de noviembre, el IPC armonizado de la Eurozona indicó que Alemania llegó al 2,3%. Pero la inflación es terca y más cuando las únicas medidas serias tomadas para controlar la inflación han sido las del Banco Central Europeo, con las ya conocidas subidas de tipos de interés hasta llegar al 4,5%.
El pasado 5 de enero, Eurostat los datos de la zona euro de inflación y de nuevo ha entrado la preocupación. En el mes de diciembre el dato fue francamente malo, la inflación media de la Eurozona se fue hasta el 2,9%, a la misma casilla de octubre, con una gran diferencia para Alemania; mientras en noviembre estaba en un 2,3% en diciembre se colocó en un 3,7%.
Alemania es el país de mayor subida de precios en diciembre, pero por encima de la media hay seis países más. Dos de ellos no son preocupantes: Bélgica y Finlandia.
Es preocupante Austria por la vecindad, y que está en un 5,7%, muy lejos de una zona confortable. En estos momentos de los 20 países hay ocho que están con la inflación controlada y por debajo del 2%. Cabe mencionar a Italia, que con un 0,5% es el país más ejemplar del momento —hace 14 meses estaba en un 12,6%—; Letonia, que cerró el año con un 0,9%; Países Bajos, que lo hizo con un 1,0%; Lituania con un 1,6%; Portugal, que se coloca en un 1,8%; y Chipre, que está en un 1,9%. Francia, que siempre fue un país con gran control de la inflación, sigue en un preocupante 4,1%; y España repite en el 3,3%.
Así, el gran problema para toda la Unión Europea es que Alemania anuncie un decrecimiento de su PIB y salte la bomba de que está en estanflación. Y ya sabemos que cuando Alemania se resfría, Europa coge la gripe; y cuando Alemania coge la gripe, en Europa tenemos una pulmonía.