La vivienda se ha convertido en uno de los mayores problemas en España ante el aumento de los precios de la viviendas y la brecha de esta con los ingresos obtenidos. Según los datos recogidos por el INE y el portal Idealista, entre 2015 y 2023 el precio de compra de una vivienda se encareció un 47% y el alquiler un 58%, mientras que los sueldos apenas aumentaron un 17% hasta 2022, casi tanto como la inflación.
En este sentido, especialmente en las grandes ciudades, la brecha puede ser aún más pronunciada debido al fuerte encarecimiento de los precios. El caso más destacado es Madrid, donde entre 2015 y 2023 el precio de la vivienda ha aumentado más de un 63%, mientras que los salarios sólo han crecido un 18%. Seguidamente, en Barcelona, donde los salarios han aumentado al mismo ritmo que Madrid, el precio de la vivienda ha experimentado un incremento del 57%.
Uno de los principales factores que impulsan el alza de precios es el evidente desequilibrio entre la oferta y la demanda de viviendas, un déficit cuantificado por el Banco de España en más de 600 mil casas, tanto en venta cómo en alquiler. Así, una de las razones clave es la drástica caída en la construcción de viviendas en España desde antes de la burbuja inmobiliaria de 2008. Actualmente, se construyen cerca de 90.000 viviendas al año, muy por debajo del pico previo a la crisis en el que se construían más de 647, aunque la mayor cifra histórica fue en 2005 con una construcción mayor a 654 mil viviendas.
Por otro lado, la creación de nuevos hogares colapsó con la crisis de 2008, en parte porque la economía retrasó la independencia de los jóvenes, aunque actualmente empieza a crecer. En 2023, el número de hogares subió en 220.000, el doble de lo que venía siendo habitual. Sin embargo, no han activado la construcción de nueva vivienda.
El Gobierno de Sánchez desprecia la vivienda protegida
Una de las soluciones para afrontar la brecha es aumentar la oferta de vivienda protegida y fomentar el alquiler social para limitar los precios y permitir que sean más accesibles. No obstante, entre 2018 y 2022, el ejecutivo de Pedro Sánchez sólo ha construido 40.000 viviendas protegidas, lo que representa apenas un 12% del total de viviendas construidas desde 2015.
Además, por otro lado, el alquiler social sigue siendo un gran reto en España, ya que sólo representa el 2,5% del total de viviendas, frente al 9,3% de la media europea. Entre 2018 y 2022, de las viviendas protegidas construidas, únicamente 7.868 se destinaron al alquiler social, ignorando así una opción para que personas con rentas medias o bajas puedan acceder a una vivienda.
El director del Observatorio Metropolitano de la Vivienda de Barcelona y experto en políticas de vivienda, Jordi Bosch, destaca que «la vivienda protegida de venta, que fue un instrumento clave de la política de vivienda en España, tuvo su época dorada durante el franquismo y continuó con buenos resultados en democracia». Sin embargo, Bosch asegura que actualmente «el sistema está en una fase de transición que no se acaba de cerrar, en el que se pone la atención en la vivienda de alquiler social y asequible, pero no acaba de asentarse por un tema de estabilidad de recursos y de estabilidad legislativa».