La presión fiscal de España se situó en 2023 en el 37,3%, superando así la media del 33,9% en la OCDE, donde el peso de los impuestos disminuyó ligeramente desde el 34% correspondiente a 2022.
De esta manera, España se mantuvo en decimotercera posición entre los 36 países de la OCDE cuyos datos estaban disponibles, donde la mayor presión fiscal correspondió a Francia, con el 43,8%, mientras que la menor se registró en México, con el 17,7%, lo que implica un diferencial de 26,1 puntos porcentuales, la menor brecha entre extremos desde al menos el año 2000, después de que se haya recortado la diferencia en 5,2 puntos porcentuales desde 2019.
Entre los países de la OCDE, la relación impuestos/PIB aumentó en 2023 con respecto al año anterior en 18 de los 36 países para los que hay datos preliminares disponibles, mientras que disminuyó en 17 países y se mantuvo sin cambios en uno.
Respecto al año 2022, el mayor aumento se observó en Luxemburgo, cuya relación impuestos/PIB aumentó 2,7 puntos porcentuales, por delante de Colombia, con 2,6 puntos porcentuales, mientras que las mayores disminuciones se produjeron en Chile (-3,2 puntos porcentuales) y Corea del Sur (-3,1).
A más largo plazo, los datos de la OCDE muestran que 29 países registraban presiones fiscales más elevadas en 2023 que en 2010, correspondiendo los mayores aumentos a Japón (+8,2), Eslovaquia (7,6) y Grecia (7,5), mientras que también se observaron aumentos de más de cinco puntos porcentuales desde el año 2010 en Corea, España, México, Portugal y Luxemburgo.
Por el contrario, la relación impuestos sobre PIB disminuyó en 2023 respecto del nivel de 2010 en nueve países, siendo los mayores recortes los registrados en Irlanda (-5,8) y Hungría (-2,6) inferior.
En el caso de España, la presión fiscal en el año 2000 era del 33% frente al 32,9% del promedio de la OCDE, mientras que en 2010 fue del 31,3%, por debajo del 31,5% de la media de la OCDE, pero alcanzando el 36,8% en España en 2020 (frente al 33,5% del promedio de las economías más avanzadas).