Loa dedazos de Pedro Sánchez en las más altas instituciones españolas no obedecen sólo al amiguismo, sino que el presidente sigue también una estrategia para colonizar las organizaciones públicas, especialmente económicas, y seguir influyendo en ellas incluso aunque vuelva a perder las próximas elecciones generales y tenga que abandonar la Moncloa. Según Vozpópuli, el socialista se ha hecho con el control de las instituciones financieras —las que controlan las finanzas y la energía—- estatales al menos hasta 2030.
EN los próximos seis meses Sánchez va a reforzar su influencia sobre el Consejo de Gobierno del Banco de España y a poner en marcha una nueva Comisión Nacional de la Energía (CNE), que va a escindir directamente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sin ningún informe que respalde su decisión.
En el Banco de España, la salida de Pablo Hernández de Cos de la presidencia permitirá al Gobierno elegir a un economista más próximo a ellos. Ya han pensado en tres candidatos, que serían la actual subgobernadora, Margarita Delgado, el actual ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, que podría dejar el Ejecutivo para ser nombrado directamente, o la vicepresidenta de la CNMV, Montserrat Martínez.
Respecto a la nueva CNE, servirá para colocar al frente al marido de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera; que busca un puesto mejor para su cónyuge, Mariano Bacigalupo, actualmente consejero de la CNMV, por dedazo sanchista tras abandonar la CNMC, en la que había sido colocado por su mujer, hace un año.
Bacigalupo fue consejero en la CNMC y la CNE, que ya fueron organismos independientes hasta 2013. En caso de no abandonar la CNMV, otra de las favoritas a presidirla sería María Jesús Martín, también muy cercana al matrimonio y que ha pertenecido dos años al ministerio como directora general de Política y Minas de Ribera.
