«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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3 de marzo de 2021

Dónde va el Partido Popular Europeo

El eurodiputado del PP, Esteban González Pons. UE

La decisión del Partido Popular Europeo (PPE) de modificar sus estatutos con el fin de poder expulsar a los europarlamentarios del partido Fidesz del primer ministro húngaro Viktor Orbán, es una mala noticia… para el Partido Popular Europeo.

Conocemos a la perfección las ideas del húngaro Orbán que defiende una Europa de las naciones en la que los vetos ideológicos a gobiernos legítimos de estados soberanos no tengan cabida. Una Europa que necesita el urgente desarme retórico del buenismo y en la que la defensa de las fronteras exteriores, de la civilización occidental, de la familia y de las raíces judeocristianas sea una obligación compartida por todos los miembros.

Nada de malo hay en ello. Todo lo contrario. Sobre todo cuando sabemos que la de Orbán era la posición que mantuvo durante décadas el Partido Popular Europeo. Que ese grupo haya decidido alejarse de las ideas liberalconservadoras que fundaron la idea de la unidad de Europa y arrojarse en manos del consenso socialburócrata que gobierna Bruselas, es responsabilidad del PPE, no del partido Fidesz.

Reformar unos estatutos para expulsar de su formación a los conservadores y abrigarse bajo la manta dudosa del reformismo seudoliberal (burocracia y liberalismo deberían ser enemigos irreconciliables) no es una decisión acertada, como se ha visto en alguna que otra latitud sureña europea. A la Historia nos remitimos para conocer en qué terminan las aventuras excluyentes que se confunden de adversario, que comprimen las bases electorales en vez de expandirlas y que deja en manos de unos pocos las decisiones que afectan a todos.

Esperamos, por supuesto, que el PPE se justifique en la cantinela del populismo de los extremos y bla, bla, bla… Ese desdén del Partido Popular hacia una formación democrática y respetuosa con la Europa de las naciones y con el mandato unánime de los húngaros como es Fidesz, hasta ayer socio y aliado, es una de las condiciones esenciales del populismo, como también lo es la indiferencia hacia los procesos democráticos que exigen que los socios debatan en libertad.

Desde La Gaceta de la Iberosfera sólo podemos alabar la decisión de Viktor Orbán y de Fidesz de abandonar el PPE antes de su expulsión programada. No esperábamos menos de unos húngaros que bastante totalitarismo comunista, excluyente y sectario han soportado en su historia reciente.

Esa que parece que ignora el Partido Popular Europeo, empeñado en exigir sumisión a las ideas y proyectos de un politburó de burócratas.

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