«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
EDITORIAL
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15 de agosto de 2023

Milei, la libertad avanza

Javier Milei. Flicker

Durante los últimos años, La Gaceta de la Iberosfera ha publicado los mejores análisis sobre la realidad argentina. Colaboradores como Karina Mariani, Santiago Muzio o María Zaldívar, además de la intensa labor informativa de nuestros periodistas, han arrojado luz sobre la tragedia económica y social que la hegemonía del siniestro kirchnerismo, junto con la rendición indisimulada del moderantismo de corte macrista y algún que otro desastre radical anterior, han causado a la Argentina. 

Tras cuarenta años de democracia —los paralelismos funcionan—, y como bien escribe el hispanista Ignacio Bracht: «el sistema político cruje como un carromato desvencijado en el cual hay muchos ejemplos de políticos reciclados de permanencia en el poder, al igual que el estrato sindical o el capitalismo de amigos —siempre prebendario—, que son los únicos beneficiados mientras el país caía en una pobreza que duele y una inflación que nos ubica entre los países con mayor índice en el mundo como Venezuela, Zimbawe, Sudán y otros estados fallidos».

Este es el panorama del largo y umbrío túnel argentino. Y de repente, al fondo, una luz. La del partido La Libertad Avanza de Javier Milei, un economista que con una mínima estructura y un discurso de condena absoluta de las ideas socialistas que impregnan la política y aun la sociedad argentina, ha sacudido los cimientos de esa suerte de bipartidismo hegemónico que consolida una estructura política corrupta y ha ganado las elecciones primarias.

Por motivos también relacionados con determinados paralelismos, los medios españoles afines a lo establecido, es decir, la inmensa mayoría, han otorgado a la histórica victoria de Javier Milei en las PASO el mismo tratamiento que ellos conceden a otras fuerzas españolas y europeas disidentes e insumisas. Utilizan para ello un silogismo absurdo por el que identifican como «ultraderecha» a todo lo que combate el discurso globalista de rendición a los postulados de la corrección política y de la Agenda 2030. Si un partido como La Libertad Avanza se opone al socialismo y si la derecha clásica, cobijada en el moderantismo, jamás se opone, sino que lo continúa, La Libertad Avanza sólo puede estar en la ultraderecha.

Hasta aquí llega el débil pensamiento político de los medios de comunicación. Y con esa reducción absurda etiquetan a partidos y a líderes transversales, dignos de estudio y no de condena, que rompen el paradigma clásico de la polaridad derecha-izquierda y que triunfan en las zonas más deprimidas, más inseguras y más sometidas al totalitarismo globalista.

En el caso que nos ocupa, pedir a nuestros tribunos, bustos parlantes y tertulianos que amplíen sus miras y profundicen en las causas de la esperanzadora victoria de Javier Milei, es mucho pedir. Pero por si ocurriera el milagro de aquí a la primera cita electoral de octubre, en los últimos tres años de La Gaceta tienen los mejores análisis para entender por qué una parte importantísima de la sociedad argentina, frustrada y harta del fracaso de los partidos de siempre, ha pedido a la libertad que avance. Veremos hasta dónde. De momento, un paso al frente… de batalla.

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