De todos los errores cometidos durante estos años en Cataluña por las fuerzas constitucionales con representación en el Parlamento de Cataluña, quizá el más lamentable (compartido por Ciudadanos y el PP) es el de haber apoyado el silencio clamoroso del separatismo sobre los problemas reales de los catalanes creados por esas fuerzas secesionistas.
Los once diputados de VOX, más que la suma de Ciudadanos y PP, le entregan al partido de Santiago Abascal la indudable responsabilidad de liderar la Oposición. Y no sólo en Cataluña
Ese silencio atronador se escuchó en todos los debates a lo largo de la campaña cada vez que VOX, una formación con los dos pies en la tierra, denunciaba los retos que deben afrontar los catalanes con urgencia: el perverso adoctrinamiento en las aulas, la imposición de una lengua como instrumento político y de discriminación laboral; la creciente islamización amparada y deseada por el separatismo hispanófobo; la delincuencia fruto de la inmigración ilegal en las calles de las principales ciudades catalanas y el rápido declive de la economía catalana que comenzó mucho antes de la pandemia y de la que ha sido cómplice necesario…
Estos, y no otros, son los problemas reales, diarios y urgentes de los catalanes, no las ensoñaciones golpistas y republicanas que siempre van a acabar en fuga, detención y presidio a poco que los poderes constitucionales del Estado se resistan al suicidio.
VOX así lo ha entendido y más de 200.000 catalanes han decidido convertir a Ignacio Garriga en el líder de la primera fuerza nacional en Cataluña. Sus once diputados, más que la suma de Ciudadanos y PP, le entregan al partido de Santiago Abascal la indudable responsabilidad de liderar la Oposición. Y no sólo en Cataluña.
Por delante, a VOX le aguarda una tarea agotadora, dura y emocionante. Su lema, «Ni un paso atrás», es una declaración de la claridad de principios del ya cuarto partido en Cataluña y que hoy contempla las cenizas de aquellos que pastelearon con sus valores y se confundieron de paisaje y, lo que es peor, de enemigo.
Ojalá a esa tarea de reconquistar Cataluña para la libertad y el sentido común se sumen Ciudadanos y PP, las fuerzas ayer derrotadas por sus propias ambiciones y personalismos. Su tarea será más fácil: bastará con sacudirse los complejos y desterrar etiquetas.