Carles y la esquizofrenia

Dice La Razón en su primera que ‘Los soberanistas denunciarán «pucherazo» si no suman el 21-D’.

Más de una vez he lamentado en estas páginas la deplorable costumbre de los de Marhuenda de traernos noticias del futuro, esa región de la que tan poco se sabe, siendo ese un tiempo verbal que el periodista, más en titulares, debería emplear muy rara vez y con exquisita prudencia.
En este caso, por lo demás, parece expresar una certeza moral de su director, y eso, no hay que decirlo, no es periodismo. Si La Razón está convencida de que los nacionalistas denunciarán trampas en el escrutinio de no salir los resultados que desean, son muy dueños de publicar un editorial aseverándolo, e incluso dedicar a ello su sección de Opinión íntegra; es muy posible que acierten, pero esa no es la cuestión.
Sería más acorde con lo que se espera de un informador veraz y objetivo titular en el sentido de que los soberanistas ponen en duda la limpieza de la votación, por ejemplo, algo comprobable y presente.

La foto de primera corresponde a una ‘recreación’ de algo que, por lo visto, pretende hacer Puigdemont, una campaña virtual desde Bélgica que incluya presumiblemente su presencia holográfica en mítines, a un coste que el diario calcula en 250.000 euros. Tengo para mí que, de hacerlo así, muchos acudirían a sus mítines por la novedad, como si asistieran a una feria tecnológica para asomarse a ese futuro que tanto le gusta a Marhuenda.
En cualquier caso, el omnipresente Puigdemont se ha convertido en un terrible dolor de cabeza para los soberanistas que ni siquiera pueden mencionar y les plantea un reto insoluble.
Los partidos que participaron en el golpe catalán y que denuncian como ilegítima la aplicación del 155 dan por buena la DUI y fingen reconocer como verdadero president a Carles. Pero el ‘president al exili’ es en realidad un forúnculo en la baja espalda, que no para de hacer patochadas que ya solo provocan la hilaridad en las cancillerías y medios internacionales y al que, estoy seguro, pondrían en modo ‘silencio’ si tuvieran un mando a distancia al efecto.
Por lo demás, si, como es perfectamente previsible, acaba siendo votado un presidente soberanista tras el 21, ¿qué pasará? ¿Cuál será el status del ‘president legítimo’? ¿Quedará el presidente real a modo de Senescal de Gondor, a la espera del Retorno del Rey? ¿Cuánto tiempo se puede mantener semejante farsa, conociendo un poco las ambiciones humanas?
La primera de El Mundo es una maravillosa radiografía de la actualidad, en el sentido de reflejar con sucesos de ayer mismo fenómenos típicos de toda esta era reciente.
La primera noticia nos cuenta que ‘El juez imputa a mandos de los Mossos por su pasividad el 1-O’. Lenta, la Justicia hace lo que debería hacer el Gobierno. Inmediatamente debajo, ‘Iglesias avisa a Ciudadanos y PP de que «no van a gobernar en Cataluña», otro que está ya viviendo en el futuro, qué epidemia.

Iglesias puede avisar sobre lo que no sabe, este es un país libre a su pesar, pero que no tenga yo nada tan seguro como que muchos de sus votantes le darán a él un aviso bastante más serio: Pablo Manuel, olvídate de gobernar España. El Maquiavelo de la Complu se ha cubierto de gloria en toda su desastrosa actuación ante el desafío catalán, ha metido el pie allí de donde no va a poder sacarlo sin amputar.
Debajo, lo que quizá sea la respuesta a las preguntas que planteaba arriba: ‘El PDeCat impedirá a Puigdemont tomar decisiones tras el 21-D’. Acabáramos. Pero no nos parece que sea tan fácil arreglar el desaguisado. ¿Qué pasa si Puigdemont, ante un partido que ha glorificado la desobediencia, desobedece y hace de su capa un sayo? ¿Cómo justificará el partido desairar al que se ha hartado de llamar ‘presidente legítimo’?

Las otras dos noticias tienen relación con estas de Cataluña, lo parezca o no. La que corresponde a la foto lleva por título que ‘La ola nacionalista sigue creciendo en Córcega’, lo que puede significar que sí hay efecto contagio del ‘affaire’ catalán, o que ambos fenómenos responden a unas mismas condiciones. Yo voto más por lo segundo.
Y ambos, creo, guardan una ocura relación con la siguiente noticia: ‘La Guardia Civil pide refuerzos para contener la frontera ceutí’. Las grandes noticias que cambian el devenir de la historia tienen el inconveniente, a efectos periodísticos, de que son más tendencias que grandes sucesos y, así, dan mal para un titular efectista de primera.
Lo que pasa en Ceuta es lo que pasa en las costas griegas e italianas, en un goteo que sin duda acabará cambiando nuestras sociedades y que animan al ‘sálvese quien pueda’ nacionalista para preservar una identidad que nuestros líderes aborrecen.
ABC saca a Alberto Núñez Feijóo en foto y titula con declaraciones suyas: «No podemos sacar a subasta la igualdad entre españoles», lo que nos parece estupendo, sonoro y muy entrado en razón. Lástima que esas cosas las digan quienes no se benefician de esas quiebras de la igualdad, lo que las haría más valientes y creíbles.
La foto de El País corresponde a Rafael Sánchez Ferlosio, que cumple 90 años. No sé en qué sentido es noticia un cumpleaños, salvo que se alcance con él un récord, pero siempre es un alivio descansar en primera del rostro previsible de los políticos.
Y abriendo, una respuesta a los anhelos expresados por Feijóo en ABC: ‘Urkullu plantea el modelo vasco para financiar las autonomías’. Después del ‘café para todos’, café para el que pueda pagárselo. El resto, achicoria, que hace el apaño.