«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El género homogéneo

No se lo tengo que contar, ¿verdad? Las portadas de hoy estaban escritas antes de ayer, daba igual todo. Nos hubieran ahorrado el paseo hasta el quiosco contándonos un día antes lo que iban a dar un día después, fotos aparte.

El País: ‘Movilización histórica por la igualdad de las mujeres’. Va a ser difícil estudiar historia en el futuro, porque en el presente todo es ‘histórico’.
Por supuesto, no fue «por la igualdad de las mujeres». Las mujeres ya son iguales en lo que alcanza la ley, y si lo fueran en un sentido ontológico ni siquiera tendría sentido la palabra «mujeres» y se terminaría la especie (no que esto sea necesariamente algo malo, visto lo visto).
Fue un triunfo de la izquierda. Se gritó contra el capitalismo, se descolgaron banderas nacionales, se hicieron pintadas en las iglesias contra la Iglesia. Lo habitual.
El Mundo: ‘La mujer se abre paso en un 8-M histórico’. Más historia. Y ese horrible ‘la mujer’, la verdadera marca de su discriminación. Porque los hombres no son nunca «el hombre», se cuenta con nuestra variedad, se le juzga a cada uno por lo que es, hace o dice. Recuerda a ese reciente comentario del patético Sánchez insistiendo en que tal cargo debe ocuparlo «una mujer». Da igual cual: son intercambiables, ¿verdad, Pedrito? No se me ocurre peor deshumanización de las mujeres que ese «la mujer», insulto más ofensivo y paternalista.
Más abajo, «… Y hasta Rajoy se puso el lazo». Adorable, ese «hasta», como si Rajoy no fuera el epítome de hombre de partido que, en palabras de Chesterton, es siempre el hombre de cualquier partido. Rajoy lleva poniéndose lo que le indique la Santa Progresía desde que lleva en política. Es el más nihilista de los políticos españoles, y eso es decir mucho.

Y, ahora, la derechita

La Razón: ‘Las mujeres toman la calle’. Las de mi casa deben de ser ornitorrincos. Tomaron la calle, en realidad, pero para ir a trabajar.
Las mujeres toman la calle todos los días. Parafraseando a Fraga, la calle es suya.
ABC abre con una adolescente con el símbolo femenino pintado a rotu en la mejilla, y el titular: ‘Miles de mujeres toman la calle por la igualdad’. Con el ABC bajo el brazo, seguro. Imbéciles. Masoquistas. Suicidas.Así es la derechita.

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