Lo que sucedió ayer fue tan confuso, tan disparatado, que el guion de esta comedia sería rechazado en Hollywood por inverosímil. Al igual que ese astro de Twitter que es @JosPastr, compadezco a los corresponsales extranjeros que tengan que explicar a su jefe de qué fue toda la vaina.
Por eso tenía especial curiosidad por las primeras de hoy, aunque, decepcionantemente, eluden el efecto de astracanada de todo el asunto.
Saca El País al protagonista de la jornada, el hamletiano don Carles, de espaldas, abandonando su última comparecencia, en la que dijo lo contrario que unas pocas horas antes, y no en asunto menor. Y titula: ‘Puigdemont deja vía libre al 155 al negarse a convocar elecciones’.
Ese número de varias cifras se está ganando a pulso un puesto en nuestra consciencia colectiva como un personaje más del drama, que aun temo que algún exaltado llame a un hijo suyo 155. De ser un oscuro artículo de nuestra Constitución, ha pasado a ser el rey del mambo, la estrella de la escena, imponiéndose solo contra el parecer de los mortales como un instrumento de los dioses.
La primera de ABC es un divertido oxímoron inconsciente. Aparecen Su Majestad la Reina Letizia junto a Garci, que recibe un premio de la casa, y el titular es un entrecomillado cuyo autor bien puede ser cualquiera de los dos: «Periodismo riguroso y democracia son indisolubles».
Y el periodismo riguroso, debemos creer, es sacar a portada a los protagonistas de un premio propio mientras arde Cataluña. Entiendo.
El Mundo, que lleva toda la crisis en modo de combate, abre también con las espaldas de Carles el Titubeante y el flamígero titular: ‘El Gobierno rechaza el último chantaje de Puigdemont’. Duras palabras son estas.
La Razón, que si es buena en algo es en sus fotos de primera, debo admitir, abre con una de esas que llaman ‘psicológicas’, con Junqueras y Puigdemont partiendo cada uno en una dirección distinta, dándose la espalda con gesto entre irritado y exhausto.
Titula viejo, al menos para los que estamos siguiendo la serie: ‘Puigdemont exigió la inmunidad judicial a cambio de elecciones’. Pero, ¿qué no se queda viejo en este folletín (gracias, @ladonnaemobile_) de infarto?
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