Hay que estar muy atentos, porque si hay una ley de hierro en nuestra España de la transición inacabable y renovada es que solo el PSOE piensa, aunque lo haga mal.
Me quedo con la definición que hace del nuevo gobierno el poeta Enrique García-Máiquez en El Diario de Cádiz: un gabinete «excesivamente exotérico». Si lo prefieren, de cara a la galería, de impacto, de lentejuelas, de posado.
El País abre con la foto oficial, con el Rey, y este significativo titular: ‘El Gobierno quiere medidas de impacto desde hoy mismo’.
La palabra hay que entenderla bien; las medidas «de impacto» tienen, sobre todo, impacto electoral, mucho más que impacto en la realidad. De hecho, se llaman «medidas de impacto» a las carmenadas cosméticas, llenas de ruido y furia, que no significan nada.
Hay que estar muy atentos, porque si hay una ley de hierro en nuestra España de la transición inacabable y renovada es que solo el PSOE piensa, aunque lo haga mal. El papel del PP es manotear en la oposición y seguir fielmente las políticas y aun modas ideológicas del PSOE.
El proceso se está acelerando, afectando incluso al nivel básico de estupidez, como prueba este tuit de ayer de Esteban González-Pons: «No comparto y me parecen inaceptables las descalificaciones machistas que está recibiendo la Ministra de Justicia @LolaDelgadoG. El insulto no vale contra nosotras y nosotros, el @PPopular , ni contra nadie. En política se juegan gestiones no personas».
Vosotras, don Esteban, a esperar y tomar apuntes, como siempre.
En ABC, la foto va para Carmen Calvo y Soraya Sáenz de Santamaría, en el momento de entrega de cartera. ‘Cambio de carteras, idénticos problemas’, titula el decano de la prensa madrileña. Ya que no va a decir nada, me parece una oportunidad perdida para ir por aquello de los perros y los collares.
«La tregua del nuevo Gobierno se rompe en el Congreso con las exigencias de los aliados de Sánchez», es el sumario. Vamos a ver estos días, por volver a la definición del principio, dos realidades, el deslumbrante postureo de esa cosa tan diversa, feminista, europeísta y modernizadora que ha reunido Sánchez, y el sucio y crudo pago del ‘pizzo’ a los que no han aupado a Sánchez hasta aquí por su cara bonita. «Tiene usted aquí un gabinete muy bonito, Sr Sánchez; sería una verdadera PENA que le pasara algo, ¿verdad?».
Y lo tenemos en la siguiente cabecera, El Mundo: ‘Sánchez ultima un encuentro con Torra pese a que continúa firme en el 1-O’. El pago empieza desde el primer día, muchachos. Esta es la amarga verdad de lo que el gabinete ‘flashy’ es mera distracción.
Dos fotos. En la primera, Meritxell Batet recoge la cartera y, en el fondo, una Soraya de brazos cruzados se ríe sola de un chiste que solo ella conoce. En la segunda, Grande Marlaska y Alfredo Pérez Rubalcaba se abrazan.
En La Razón se regodean con el pago: ‘Sánchez dará a Torra las 45 exigencias de Puigdemont’. Mientras, la foto en el salón del Titanic: «Empieza el baile de ministras y ministros». Que empiece, que esto se hunde.