El relato oficial de las primeras horas tras el atentado, todas esas palmaditas en la espalda que se dieron a las fuerzas del orden y su, oh, maravillosa eficacia y envidiable coordinación, se está deshaciendo tan deprisa y de forma tan total que estamos pasando de pedir medallas a exigir responsabilidades.
Todas nuestras cabeceras abren con la gran chapuza, la concatenación de negligencias y errores que permitieron sembrar La Rambla de cadáveres y heridos.
Nos cuenta El País, abriendo, que ‘La alerta belga sobre el imán de Ripoll llegó a los Mossos’. La Generalitat, en colaboración con su servil prensa subvencionada, nos quiso vender la actuación de la policía autonómica y la extraña neutralización del Estado en todo esto como un exitoso ‘ensayo de país’. Pues menudo futuro.
En ABC, foto de los investigadores inspeccionando la casa de Ripoll que voló por los aires y este titular: ‘La juez alertó a los Mossos de que las bombonas podían ser para un atentado’. Respuesta de los Mossos: «Señoría, no exagere». Respuesta incorrecta.
Incide El Mundo en lo que cuenta El País: ‘La policía belga se dirigió a los Mossos para advertir del imán’. Es lo que tiene ser tan, tan independiente, que uno no quiere escuchar consejos de nadie de fuera.
Cataluña debe de tener una de las fuerzas del orden más políticamente correctas de Europa, y eso es decir mucho; se ve que no se ha aprendido la morelaja de Rotherham: el exceso de ‘sensibilidad multicultural’ en la policía produce monstruosidades.
Cataluña es la comunidad con mayor riesgo de ‘radicalización’ de musulmanes, quizá porque es también la comunidad con más musulmanes, y no es casual. En esto, los nacionalistas me recuerdan a los holandeses de la Guerra de los Ochenta Años cuando gritaban «antes turcos que papistas». De modo similar, la Generalitat parece preferir convertirse en un emirato que permanecer en España.
Lo que debe ser extenuante es trabajar en el departamento de Agitación y Propaganda de nuestros radicales patrios, podemitas y otras hierbas, porque hay que defender con ardor cualquier postura teniendo ya a mano y listos los argumentos contrarios para cuando cambien de opinión, y todo con la misma seguridad chulesca, estridente y despectiva que les ha hecho famosos.
De eso va la segunda noticia en portada de El Mundo: ‘Colau acepta al fin reforzar con bolardos los espacios turísticos’. Vaya, los terroristas han vencido, por decirlo con las palabras de la propia alcaldesa de Barcelona.
El Mundo viene interesante. Cuenta también que ‘Una grabación muestra a los terroristas de compras y risas entre atentado y atentado’. ¿Seguro? Qué mal casa eso con la imagen de «estos chicos», estos buenos chicos echados a perder por las malas compañías, ‘forzados’ por la cruel sociedad xenófoba a atropellar a centenares de desconocidos, ese Younnes, tan responsable.
También, pese a los desmentidos, se reafirma el diario en su versión sobre el mosso que abatió a cuatro de estos pobres chicos descarriados: ‘El ‘mosso’ héroe de Cambrils fue adiestrado en el Tercio de la Legión de Melilla’.
Por último, en La Razón: ‘Cinco de los terroristas fueron a París cuatro veces en distintos coches’. A fotografiarse junto a la Torre Eiffel, seguramente.
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