Las noticias sobre este gobierno deberían llevar un asterisco que remitiera a una nota subrayando el carácter provisional de la misma, porque son tantos sus «por si cuela» que sus decisiones se resuelven en rectificaciones en una proporción llamativa.
El otro día se criticaba su bajada de pantalones con el asunto de Gibraltar, pero hoy parece que no, que algo harán de aquello. ‘España exige aclarar la situación de Gibraltar en el acuerdo del Brexit’. No hay nada como consultar las cosas con la almohada.
En El Mundo, la noticia se da así: ‘España condiciona la cumbre del Brexit a un acuerdo sobre Gibraltar’, pero no es ese el titular que abre su edición de hoy, sino este otro: ‘Los expertos a Sánchez: en abril o hay presupuestos o elecciones’. Los expertos, sujeto lábil donde lo haya, como esos nueve de cada diez dentistas que recomiendan chicles sin azúcar. La democracia no es exactamente el gobierno de los expertos. Es, casi enfáticamente, el gobierno de los legos.
Debajo del titular, la foto, Pedro con el sultán de Marruecos, al que le ha hecho una propuesta absurda sobre el Mundial de fútbol en la que ha liado a Portugal, que ha confesado no saber nada de la propuesta. Cosas de Sánchez, ya rectificará.
Como ha tenido que rectificar su gobierno sobre el asunto de la presencia de las Fuerzas Armadas en el Salón de la Enseñanza de Barcelona, donde no iban a estar pero ahora sí. Eso es gobernar por ensayo y error. ‘El malestar del Ejército obliga a Defensa a rectificar’, es el titular único de ABC, con foto de la ministra Robles recortada sobre un fondo de cielo surcado por una escuadrilla de cazas de que dibujan la bandera rojigualda.
En La Razón, ‘Gibraltar amenaza el Brexit’. Toma ahí hipérbole. Todo amenaza el Brexit, desde el día siguiente de la votación, y con una primera ministra partidaria de permanecer en la UE negociando la desconexión, maldita la falta que hacen amenazas adicionales.
Otra rectificación, de segundo plato: ‘Moncloa desautoriza a Ábalos y descarta el «superdomingo», que no es un domingo de 48 horas sino un día para meter varias elecciones a la vez, incluidas las generales.
