«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La corte de los milagros

Volvemos a entrar en el apasionante mundo de la contabilidad creativa. O, lo que es casi lo mismo, la contabilidad política.

La primera vez que leí esa expresión tan poética, ‘contabilidad creativa’, fue en vísperas de la creación del euro. Visto que íbamos a usar una misma moneda y depender, por tanto, de un mismo banco emisor, era imperativo que los países que se unieran al club tuvieran economías parejas en determinados aspectos. Eran los célebres ‘criterios de Maastricht’, relativos al déficit, la inflación y otras magnitudes macroecónomicas. Y ahí fue donde entró la creatividad contable, que permitió a algunos países colarse en la eurozona mediante arriesgadas piruetas y groseras ficciones.

Hoy el Gobierno ha recuperado esa hermosa innovación literaria, que glosa cada una de mis cabeceras a su modo. El País lo da de segunda noticia, con un titular receloso: ‘El Presupuesto baja una décima el PIB y deja dudas sobre los ingresos’. Dudas.

Pero tampoco le da tanta importancia como para abrir; para eso es mejor esto otro, por lo que llevan presionando desde que me alcanza la memoria: ‘El PP permite tramitar la ley de Eutanasia en el Congreso’, lo que nos recuerda dos cosas, que la progresía es una pulsión de muerte y que el Partido Popular es netamente de los suyos.

ABC se refiere al asunto con el que empezábamos como ‘El «milagro» del Gobierno’, sobre una foto de las ministras Montero, Celaá y Calviño en rueda de prensa. ¿Uno más? La Moncloa de Sánchez es ya la corte de los milagros.

Una foto de la misma ocasión, pero con las ministras en pie, ilustra la primera de El Mundo. Tampoco en esta ocasión es la primera noticia, quizá porque la economía suele dar titulares aburridos, aunque este no lo es demasiado: ‘Moncloa ingenia unas cuentas virtuales para calmar a Europa’. Y, como con Maastricht, Bruselas hará que se lo cree o no dependiendo de cuestiones de interés político.

La primera es: ‘Sánchez enfría la respuesta a la reprobación del Rey por el Parlament’. Otro milagro, este de tratar de contentar a apoyos tan dispares. Dice que tiene que «analizar» la reprobación, manda narices, como si fueran las ecuaciones de Navier-Stokes. Y luego tiene que contar con su socio bolivariano, que se niega a que condene la condena. Todo muy loco. Y milagroso.

Para La Razón, ‘El Gobierno asume un frenazo del crecimiento hasta 2020’. Debajo, con foto y todo, la concesión de un Planeta que cada vez interesa a menos gente, pero la casa es la casa. ‘Un Planeta en femenino’, titulan, pero yo solo veo a dos tipos dándose la mano sonrientes. Claro que, hoy en día, cualquiera sabe. Más milagros.

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