De mis cuatro cabeceras, tres dedican la foto de primera a la tragedia del submarino argentino, una de ellas, ABC, como única noticia («Están todos muertos, sus jefes nos mintieron»). No pienso comentar nada al respecto, sino para decir que a veces la corrupción es realmente mortal de necesidad.
La noticia nacional es el Cupo vasco, una particularidad fiscal de Euskadi derivada de la Doctrina L’Oreal («porque yo lo valgo»).
La cosa tiene dos aspectos, uno que me aburre más que un congreso de filatélicos, siendo todo números y dineros. Pero el otro, el ver a estos jacobinos sudando sangre para justificar un privilegio con resabios carlistas, es un espectáculo de los de cubo de palomitas de tamaño familiar.
‘PP y PSOE votan juntos el Cupo vasco pese a las críticas internas’. PP y PSOE, que siendo Pin y Pon deben fingir que se aborrecen y que está cada uno en el extremo del otro para que siga el espectáculo, se igualan siempre en la cobardía política y en el tembleque que les entra cada vez que negocian con nacionalismos periféricos.
Pero el que no llora no mama, y ambos partidos tienen de eso que llaman, muy a lo medieval, ‘barones’, es decir, caciquillos de comunidades autónomas, y estos, comprensiblemente, son de que juguemos todos o rompamos la baraja.
El segundo asunto del diario es ‘La violencia sexual, una lacra que golpea el mundo’. ¿Por qué hoy? Pues eso, como las cajas rojas de Nestlè, porque hoy es hoy y porque El País quiere ganar enteros con esas denuncias de lo que todo el mundo denuncia.
Lo único que me sorprende un tanto del enésimo reportaje -que está muy bien, eh, pero hablamos de un diario y de su primera, no de una revista- es que lo llame ‘epidemia silenciosa’. Tiene poco de epidemia, en el sentido de que, con toda probabilidad, estamos en eso mejor, no peor, que en la mayor parte de la historia. Y en cuanto a «silenciosa»… Oh, bueno, digamos que este no es exactamente el primer reportaje denuncia que veo.
También leo en primera que ‘Solo Podemos se niega a condenar la injerencia rusa’. Podemos condena el franquismo, que no existe, y los otros condenan la injerencia rusa, que no cuenta. Y así pasan la tarde tan ricamente.
En El Mundo, foto de Rivera enseñando El Mundo.
‘El Govern usó bitcoins para ocultar gastos del referéndum’, abre el diario. Cataluña, siempre en la cresta de la innovación tecnológica.
De segundo, ‘Feijóo también cuestiona el Cupo vasco y pide que se aclare’. No hay nada que aclarar, Alberto, y lo sabes. Como también sabemos todos que si se tratara del Cupo gallego le parecería la cosa más razonable y defendible del mundo. Todavía no he conocido político que le encuentre un ‘pero’ a un privilegio que le beneficie.
En La Razón, ‘La «vía Iceta» acerca a PP y PSOE’. La «vía Iceta». Miren, yo ya. Si hasta Iceta tiene su propia vía, que debe de ser algo así como el ‘carril bici’ de la política, es que esto se nos ha ido de las manos y pronto hablaremos de que para organizar las cenas de Navidad vamos a optar por la ‘vía mi suegra’.