«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Lo accesorio y lo esencial

Constitución. La palabra o sus derivados aparece en el titular de apertura de tres de mis cuatro cabeceras, y siguiendo mi tesis de que, en lo importante, tenemos un solo periódico con variantes, la coincidencia despierta mi suspicacia.
Ayer fue el Día de la Hispanidad, y tocó en un momento especialmente sensible, con un gobierno en Cataluña que quiere abandonar el club o, por ser más exactos, dice que ya lo ha abandonado. O no, que ahí está la madre del cordero.

‘La Fiesta Nacional se convierte en un clamor por la Constitución’. ¿Sí, realmente? No presumo de ser especialmente intuitivo, pero si me obligan a apostar diría que se ha despertado una dormida conciencia de ser España, mucho más que un entusiasmo por el venerado documento.
¿Se han coreado muchos vivas a la Constitución estos días de llenar las calles? Es una palabra demasiado larga para que quepa bien en las consignas repetidas a gritos, pero aun así.
No pretendo en lo mínimo que los españoles le tengan inquina a la Carta Magna, pero dudo mucho que un texto legal sea lo que esté congregando a las masas estos días. La ‘fiesta nacional’, si me preguntan, se ha convertido en un clamor por España, esa palabra que incluso ahora que nuestras cabeceras están disimulando su vieja hostilidad hacia el patriotismo cuesta aún escribir.

En ABC mezclan, combinan. Sobre la foto de Rajoy conferenciando con los Reyes, ‘La España constitucional, unida contra el golpe’. ¿En serio? ¿La España ‘constitucional’, solo? ¿Cuál es la ‘no constitucional’, la que proclama que no es España? ¿Qué estupidez de adjetivo es ese, tan reciente, cuando lo que está en juego es el sustantivo, tan antiguo?

Lo volvemos a encontrar en La Razón, sobre la foto de un Rajoy que, con el índice alzado, parece estar diciendo a Sus Majestades que esta noche se van a la cama sin cenar: ’12-O: la fiesta de la unidad de España y la Constitución’. Vaya, ¿y qué se celebra, entonces, el 6 de diciembre?

Solo El Mundo, y no es la primera vez, da con la noticia en su titular de primera: ‘El Estado exhibe su unión y su fuerza frente al separatismo’. No podría haberlo dicho mejor, eso es lo que todos estamos viendo. ¿La Constitución? Bueno, es la ley fundamental, va de suyo, en principio, pero no creo que para el pueblo español sea en estos momentos lo central.
Pero, ay, sí lo es para los políticos. Esa es la explicación, me temo, de colarnos la Constitución en tanto titular sin que parezca venir mucho a cuento. Porque es precisamente con su reforma con lo que nos van a colar el nuevo ‘encaje’ catalán y su independencia pactada.

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