«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los éxitos del CNI

Es lo más interesante del día, lo que no quita para que que parezca que el ABC se autoparodia abriendo hoy con una noticia que, mientras la prensa restante sigue analizando mensajes de anteayer entre Puigdemont y Comín, hace referencia a mensajes entre Fernando el Católico y el Gran Capitán hace medio milenio: ‘El CNI descifra el código secreto del Imperio Español’. La ilustración corresponde a un perfil de Gonzalo Fernández de Córdoba que, nos tememos, tiene toda la pinta de ser un ‘posado’.
No sé, quizá dentro de quinientos años el CNI nos pueda decir lo que está pasando hoy en Cataluña.
Cuenta El País en su primera que ‘Un grupo de incondicionales mantiene vivo a Puigdemont’, llevando quizá un poco lejos el sentido figurado. Subordinada a esa noticia, esta otra: ‘Último regate: una presidencia simbólica y otra efectiva’.
La Razón sigue también las últimas vicisitudes de la charada: ‘Rajoy tendría que ampliar el 155 para desbloquear Cataluña si no hay investidura’.
Y El Mundo: ‘Diputados de Puigdemont pide también que se aparte’.
‘Ridículo’ ha sido una palabra incesantemente aplicada al enloquecido panorama catalán de los últimos meses, pero creo que la palabra más adecuada es ‘farsa’, sobre todo en el sentido de engaño, de montaje, casi de distracción.
¿En qué sentido podría Cataluña ser independiente, cuando España no lo es y ansía dejar de serlo aún más?

Nuestra civilización se disuelve como una azucarillo en una taza de café hirviendo, el cruel invierno demográfico acecha y el Estado y los nacionalistas andan a la gresca sobre si es mejor llegar juntos o separados a la extinción.
No he oído a los políticos catalanes una sola propuesta de independencia real, de hacer algo diferente, de representar algo marcadamente distinto. Sus políticos son perfectamente intercambiables con los de cualquier otro lugar de España, de Europa, de Occidente, con idénticos mantras vacíos y las mismas recetas fracasadas de ingeniería social.
Nadie reivindica la independencia frente al Pensamiento Único, que es la única que sería relevante, la única que podría interesarme.

Ese pensamiento único empeñado, entre otras cosas, en hacer de la mujer una especie aparte en busca, paradójicamente, de la igualdad, un ser débil y desamparado al que hay que estar perpetuamente protegiendo y mimando incluso contra su voluntad individual.
La foto de primera del diario español de referencia es de una obra de teatro en Vigo representada por empleadas de Citroën en la que, ¿lo adivinan?, se denuncia el machismo.
Abajo, también con foto, Penélope Cruz, una pobre marginada y desfavorecida por el triste azar, proporciona el entrecomillado: «Cada caso de abusos es único y merece una investigación». Gracias, Penélope.
Mientras, uno de los pocos países de la UE realmente empeñado en mantener su soberanía recibe el habitual varapalo: ‘Polonia lleva su deriva nacionalista hasta el código penal’. Todo porque, según El País, prohíbe vincular al país con el Holocausto. ¿Han leído los redactores de El País la nueva Ley de Memoria Histórica? ¿O eso solo es malo cuando no es masoquista?

El Mundo también refleja esta deriva hacia el absurdo de género: ‘Los ataques machistas fuera de la pareja se contarán ahora como violencia de género’. Si ha estado usted atento últimamente a lo que pasa a su alrededor, sabrá que hoy cualquier cosa que moleste a una mujer puede conceptuarse como ‘ataque machista’, con lo que las relaciones entre hombres y mujeres se van a poner aún más divertidas. Parece como si no solo no nos preocupara desaparecer, sino que tuviéramos una prisa indecente en hacerlo.
Debajo de la foto de Theresa May tocándole las narices a un dragón en Pekín, el manipulador titular: ’29 de marzo de 2019: cerrojazo de May a los ciudadanos europeos’. El titular real sería: ‘Gran Bretaña recupera el control sobre sus fronteras’, pero así queda más claro que no estamos a favor. Apuesto toda mi extensa fortuna a que el 30 de marzo de 2019 seguirán entrando europeos en Gran Bretaña.
La foto de La Razón corresponde al ‘casoplón’ (sic) que alquila Puigdemont en Waterloo, que parece que ha elegido la localidad a propósito para seguir la broma.

No sé. Es una casa mejor que la de la abrumadora mayoría de los españoles, pero Puigdemont también gana/ganaba más que la abrumadora mayoría de los españoles. Tendría que ver las fotos de los dueños de La Razón para saber si el chalet merece, por comparación, el calificativo de ‘casoplón’.
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