Vuelve un grupo de trescientos subsaharianos a asaltar violentamente la valla de Ceuta, hiriendo a siete agentes al atacarles con cal viva, heces y piedras. 117 lograron entrar.
Hay dos cosas que me resultan extraordinarias, exclusivamente en relación a mi oficio: cómo podría un diario nacional abrir con otra noticia que no fuera esta o cómo podría darla de modo que no resultara tan alarmante como es. El País logra ambas.
Opta, en lugar de esta noticia, por abrir con el siguiente titular: ‘Las acusaciones a Trump por acallar a dos mujeres ponen a prueba su mandato’.
Ahora bien, yo entiendo que un posible cese parlamentario o ‘impeachment’ al mandatario del país más poderoso de la tierra puede rivalizar en primera incluso con una segunda invasión violenta y a medias exitosas de nuestra frontera, si no fuera por el hecho de que se anuncia incesantemente desde que los electores norteamericanos dieran el gran disgusto a los popes de nuestra prensa dando la victoria a Trump. Todos, creo, hemos perdido ya la cuenta de las triquiñuelas que se han intentado para echar al republicano de la Casa Blanca, y de las veces que se ha anunciado triunfante que esta vez sí que sí, que es la definitiva.
Tampoco es la segunda noticia lo de Ceuta para El País, que considera más importante contarnos que ‘Solo un tercio de cines lleva la bajada del IVA a la entrada’. Que paren las máquinas. El cine, en el sentido de salas de cine, viene a ser un poco como la prensa de papel, y no digo más.
Lo deja para la foto, y aquí es donde llegamos a la segunda proeza de El País. Todas mis cabeceras abren gráficamente con el asunto de Ceuta, pero solo el diario de Prisa hace parecer hermoso el vergonzoso asalto. Aparece un subsahariano semidesnudo corriendo en solitario mientras es vitoreado por muchos otros detrás de la valla.
En el pie, que lleva el titular de ‘Saltar la valla y llegar a Ceuta’, como si fuera una entrada del Libro Guinness de los Récords, logra describir la peripecia sin citar ataque alguno, sin hacer referencia a cal viva o heces y, lo que es más indignante, sin que aparezca ningún agente herido en las tres líneas.
Para El Mundo, la primera noticia es que ‘Barones del PSOE critican el «apaciguamiento» de Sánchez’, como si el hombre pudiera hacer otra cosa si quiere seguir una noche más en la Moncloa. Cada día que pernocte en el palacio será uno más en la multicomprensiva bajada de pantalones del presidente, háganse a la idea.
Da con foto la noticia de la invasión, también con un titular más apropiado: ‘Cal viva y heces para asaltar la valla’.
ABC abre con el testimonio de un guardia civil: «Rezo para que nos tiren piedras y no ácido». ¿Para qué los tiene ahí el Gobierno? Si se ponen de parte de los invasores, que retiren a los agentes y vaya Sánchez a recibir a los recién llegados, como hizo en Valencia con el Aquarius.
En La Razón, abriendo: ‘Solo 60 guardias para impedir el asalto de 1.500 subsaharianos’.
