¿Qué es la verdad?

«Algo que se llama ‘Comisión de la Verdad’ da terror por definición», le leía esta mañana a en Twitter a @gamalfer en referencia a esa monstruosidad estalinista llamada Ley de Memoria Histórica, aplaudida ya por la izquierda y la derecha de nuestro espectro parlamentario, y no he podido sino recordar el tuit al toparme con el primer titular de El País de hoy: ‘La UE renuncia legislar en contra de las noticias falsas’.
No lo veo en la primera de ninguna de mis otras cabeceras, pero era esperable que El País pataleara ante la posibilidad de que se le escape lo que era en realidad un intento de blindar los privilegios de los grandes grupos de comunicación en detrimento de la libertad de expresión en las redes.
No se molesta el rotativo siquiera en entrecomillar, por pudor, ese ‘noticias falsas’, y es que, nos tememos, Prisa ansía que el poder, del que es dócil vocero, defina la verdad por decreto, así en la actualidad como en la historia.

En la foto, Rajoy y Feijóo compadrean sonrientes. Porque es noticia, esta sí ampliamente compartida, que el Partido Nihilista, también conocido por PP, se desnuda ya de todo propósito, toda meta, todo rumbo ideológico o idea de España para centrarse en lo que constituye su más profunda vocación y razón de ser: seguir en la poltrona.
‘Rajoy reduce su proyecto a aprobar los Presupuestos’, leo, y completo: así haya que aliarse con el diablo. Todo lo demás puede esperar; todo lo demás es superfluo.
Como el desgobierno en Cataluña. Con la aplicación del 155, todo lo que suceda allí es, directa o indirectamente, achacable a su labor de gobierno, que es gandhiana en lo que tiene de pasiva.

La portada de ABC va de eso, con la foto de un miembro de la policía autonómica catalana contemplando un puesto de peaje. ‘Sabotajes, 5; detenciones, 0’. Misteriosamente, no hay la menor referencia a la jefa última de esa policía pasiva, Soraya Sáenz de Santamaría.
Vuelve Rajoy, ahora en solitario, a protagonizar una foto de primera, esta vez en El Mundo y sobre el pie ‘Rajoy se pilla los dedos con el 155’. Se diría que lo aplicó, añado, como si fuera un encantamiento, esperando que la magia numerológica surtiera por sí misma su benéfico efecto.

Pero el primer titular va de otro aspecto de la actualidad catalana, esa que ha eclipsado la de las 16 comunidades restantes: ‘Puigdemont pide al TS imputar la violencia a los manifestantes’. ¡Oh Capitán, mi Capitán! ¿Quién no iría entusiasmado a cualquier batalla comandado por tan heroico y leal cabecilla?
Abajo, ‘Los votantes de la izquierda, a favor de la prisión permanente’. Cuenta la noticia -otra vez una encuesta- que siete de cada diez votantes del PSOE favorece esta medida, mientras que entre los votantes de Podemos se dividen más o menos al cincuenta por ciento. ¡Oh, la soberanía popular!
El peaje es también foto en La Razón, que de casta le viene al galgo, sobre el titular: ‘La Fiscalía investigará a los CDR por posible rebelión’. La Fiscalía, claro.

Hemos reprochado a menudo a los independentistas que ignoren la separación de poderes cuando califican de medida política cada decisión judicial que les perjudica, pero quiero romper una lanza en su favor: tampoco el gobierno parece creer en esa separación. El Poder Judicial juzga, pero el Poder Ejecutivo no gobierna, con lo que, desde fuera, da toda la impresión de que los únicos que mueven algo en Cataluña son jueces y fiscales.
Pero la primera noticia -o la segunda, pero con un tipo de letra mayor- va para algo que está ausente del resto de primeras, y esas son las cosas a las que hay que atender para conocer los intereses particulares de cada cabecera: ‘El PP se desvincula de la «estrategia» de Cifuentes’.
Vaya, vaya, vaya, qué interesante. ¿No se les están ocurriendo ideas traviesas sobre quién o quiénes han podido filtrar los problemas académicos de la presidente de la Comunidad de Madrid?