Vox reunió a unas 10.000 personas en Vistalegre, y eso es terrible para El Mundo, terrible para La Razón y no ha sucedido para mis otras dos cabeceras. En ABC, que da una sola noticia, la cosa tiene un pase; en El País, que da ocho titulares en primera, algo menos.
Y es curioso, porque muchas de las otras noticias de sus primeras ayudan a entender qué hacían allí esas diez mil personas. Por ejemplo, la primera noticia de El País: ‘España pide a la UE que dé más fondos a Rabat para la migración’. Naturalmente, quieren decir para la NO migración. Y no puedo dejar de preguntarme qué hubiera pensado un español, cualquiera de nosotros, hace veinte años de un titular de prensa como este. Piénsenlo: España, un Estado soberano, ve preocupado cómo su vecino del sur facilita a todos los subsaharianos que lo deseen atravesar ilegalmente las fronteras de nuestros país, así que nuestro gobierno se dirige a unos tipos que viven en Bruselas para que paguen a Marruecos con el dinero que nos sacan a los europeos para que deje de hacerlo. Retorcido, ¿no?
Al lado, y con foto, ‘Brasil vive las elecciones más turbulentas de su democracia’. No querría ofender a ningún lector brasileño, pero no es un país cuya historia esté ayuna de elecciones turbulentas. ¿A qué llama, entonces, El País, «las elecciones más turbulentas»? A unas en las que el candidato de la derecha arrasa, naturalmente.
En ABC vemos a Sánchez de espaldas en la pista dirigiéndose al Falcon: ‘Sánchez acapara la agencia exterior y restringe la del Rey’. Sánchez actúa en todo como un tipo a quien el banco hubiera ingresado una millonada por error y quiere vivir a todo trapo antes de que se enmiende el error.
Su proyecto es ese, en realidad: exprimir las posibilidades de goce antes de despertar del sueño, sabiendo que está donde está por una retorcida carambola del destino.
Nos cuenta El Mundo que ‘Arabia Saudí vetó al Gobierno de Sánchez en la inauguración del AVE a la Meca’, lo que no nos extraña nada y nos da cierta envidia: ¿quién no querría vetar al Gobierno de Sánchez?
De segundo, con foto, lo de Vistalegre: ‘Vox se reivindica en Madrid con un ataque radical contra PP y Cs’. Bueno, sí, claro. Debajo, un entrecomillado del borrador de Ley de Infancia que prepara el Gobierno: «Se prohíbe cualquier tipo de castigo físico o psicológico a los niños». A ver: están el castigo físico, el castigo psicológico y… ¿cuál era el tercero? Ah, no, que cualquier castigo es físico o psicológico. Es decir, se prohíbe el castigo a los niños, punto. Lo que solo, exclusivamente, irremediablemente, puede llevar a una de estas dos consecuencias: o la gente deja de tener hijos (en mayor proporción, digo), o se salta sistemáticamente la ley. Esa es la esencia de la anarcotiranía: leyes que sean imposibles de cumplir y que solo se apliquen caprichosamente a modo de arma contra los enemigos del poder. Sin desincentivos de ningún tipo, las criaturitas se convierten en tiranos que nadie en su sano juicio querría tener en su casa siendo, como son, también una pérdida de dinero, libertad y energía.
Y si el Gobierno cree que basta con los incentivos positivos, ¿por qué no hace lo mismo con los adultos? ¿Por qué hay cárcel? ¿Por qué, si no pago a Hacienda lo que debo, no viene un cariñoso funcionario de la Agencia Tributaria a explicarme con mucho amor que el Gobierno se va a poner muy, muy triste y los pensionistas no van a poder comer si no aporto mi cuota?
En La Razón, ‘Sánchez enviará a Bruselas unos Presupuestos ficticios’. Bueno, si Bruselas los acepta, da un poco igual, ¿no? ¿Qué no es ficticio en este gobierno?
Y lo de Vox: ‘Vox exhibe músculo con su mensaje «anti»: «Los españoles, primero». A diferencia del propio diario que, si alguien se toma la molestia de revisar sus últimas 500 portadas, no encontrará nunca jamás un mensaje «anti».