«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Trabajos forzados

Que un político se desdiga en el Gobierno de lo que dijo como candidato, aun en cosas de peso, se da ya desgraciadamente por descontado, algo que hace ciertamente difícil votar con algún conocimiento de lo que se hace. Pero nuestro Sánchez, el primer presidente en gobernar España con solo 84 escaños propios, no sólo ha batido todos los récords en esta triste categoría de decir ‘Diego’ donde dijo ‘digo’, sino que lo hace igualmente en su titubeante gobierno de un día para otro.
Se mueve por presiones de otros, por fuerza y miedo de que le desalojen de lo que ha logrado con improbables malabarismos parlamentarios y vergonzosas cesiones, y si ayer su compromiso con el nacionalismo separatista le obligó a declarar que «no haría ningún caso» al juez Llarena, hoy la presión del Poder Judicial le fuerza a lo contrario, todo en un plazo récord.
Cómo será, para que El País, que está alcanzando cotas de adulación jamás vistas, abra con este titular: ‘Jueces y fiscales fuerzan a La Moncloa a salir en defensa del juez Llarena’. Sánchez hace y deshace forzado, ya por quienes le sostienen, ya por los jueces, ya por Merkel o Bruselas. Lo suyo no es gobernar, sino gozar del gobierno y posar como líder.

Pero El País oculta piadosamente en su titular lo que los demás subrayan: que cinco minutos antes había declarado lo contrario.
No así El Mundo, que titula: ‘El Gobierno defenderá a Llarena tras afirmar que ‘no lo haría en ningún caso’. Porque esa es, realmente, la noticia.
Sin embargo, no es esa la noticia que abre El Mundo, sino esta otra: ‘Los Mossos evitan unirse al Centro Antiterrorista español’, algo que cualquier Gobierno vería alarmante.
En ABC es el tema único: ‘La rebelión de jueces y fiscales obliga a Sánchez a corregir a la ministra Salgado’. Sobre un fondo rojo donde se adivina la balanza de la justicia, los perfiles recortados de Sánchez, Puigdemont y Llarena.
Tampoco es la primera en La Razón, que abre con que ‘Los CDR lanzan un himno que insta a la violencia por la «república catalana». No sé si un himno va a cambiar algo la situación, o si merece eclipsar la noticia del día, que viene debajo: ‘El Gobierno dice ahora que defenderá a Llarena’. La palabra operativa del titular es, naturalmente, «ahora».

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