Bueno, pues ya hemos colocado a Guindos en el Banco Central Europeo, sin que la oposición del PSOE parezca haber servido para mucho. Ignoro si es justo, pero es, desde luego, adecuado que un miembro del equipo de Rajoy acabe en una institución comunitaria que es, además, un banco, porque representa a la perfección las dos causas a las que más leal ha sido el Partido Popular de Rajoy.
Curiosamente, es El País la cabecera que en esta ocasión va un paso más allá de la noticia y titula por el aspecto nacional más que por el europeo: ‘Guindos facilita a Rajoy una remodelación del Gobierno’.
La foto va para Merkel sonriendo junto a su sucesora, la mujer que, de ganar y no hundirse con su partido en descenso, va a hacernos tan difíciles los titulares: Annegret Kramp-Karrenbauer.
Arriba, junto al titular de apertura, ‘Rovira y Pascal reconocen que el referéndum era ilegal’. Acabáramos.
Y el titular más divertido: ‘Presidentes del PP y el PSOE, unidos por la financiación’. Nada une a esta gente como la pasta, oye.
ABC saca a portada el rostro del ganador con el titular: ‘El Gobierno logra colocar a Luis de Guindos en el BCE’. Entre los esfuerzos por colocar ministros en las instituciones europeas y los planes para contrarrestar el avance de Ciudadanos, es lógico que la Moncloa no tenga tiempo para naderías como el caos catalán.
¿Dije caos? Ustedes me perdonarán. No es esa la visión de Rajoy, que la comparte generosamente con ustedes desde la primera de su diario, La Razón: «Soy optimista, con Cataluña estamos mejor».
Dan ganas de ver al diario de Marhuenda comercializando una camiseta en la que ponga: «Reúne en la redacción al presidente del Gobierno y a cinco ministro y la mejor frase que tengo para titular es esta». Porque no me digan que no es de seleccionador de fútbol de Segunda B.
Porque, una vez más, La Razón saca una de sus fotos de boda a primera con lo que vienen a ser sus señoritos. No son los nuestros buenos tiempos para la sutileza.
En El Mundo, ‘Europa vuelve a confiar en España con la designación de Guindos’. Se me hace un mundo tratar de explicar todo lo que está mal en ese titular. Me limitaré a señalar que va a ser difícil construir una identidad paneuropea si cada vez que la Unión Europea -no ‘Europa’, por favor- nombra a alguien para una de sus muchas instituciones se entiende como un espaldarazo al país de origen y no una valoración sobre la persona.
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