Juan Carlos Girauta se dedica, sobre todo y desde hace tiempo a la «guerra cultural». El exdiputado de Ciudadanos, combate con total serenidad y firmeza la deriva de la izquierda actual desde las páginas de ABC y al frente de la asociación Pie en Pared, que fundó en diciembre del año pasado. A pocas horas de la manifestación convocada en Madrid por la Fundación DENAES y otra veintena de asociaciones, charla con LA GACETA sobre sus motivos para estar presente en la madrileña Plaza de Colón este domingo.
¿Cuando en diciembre de 2022 fundó Pie en Pared, se imaginaba cómo podía empeorar la situación en España en menos de un año? ¿Por qué la asociación estará el domingo en Colón?
No podemos permanecer como si no sucediera nada cuando en España se está produciendo un autogolpe. Es que si la amnistía realmente se otorgara, si fuera aprobada, quedaría destruida la democracia constitucional, el Estado democrático de Derecho, el del 78. Entonces, ante algo así, es evidente que hay prioridades y la prioridad en este momento es transmitirles a los que están jugando con fuego de esta forma tan temeraria, que piensen, que se lo piensen dos veces y tres lo que quieren hacer. Una amnistía, por ejemplo. Las amnistías se dan en las situaciones de cambio de régimen. Por eso se dio la del 77.
¿Cómo se explica a los ciudadanos que ahora no cabe una amnistía?
Entonces todavía no estaba aprobada la Constitución y se trataba de romper con toda una época histórica. Al romper con esa época histórica, la amnistía, de algún modo estaba diciendo que toda aquella legalidad bajo la cual se impusieron las condenas que se impusieron era ilegítima. Ahora bien, en democracia, la legalidad y la legitimidad siempre van de la mano. En democracia lo legal es legítimo.
¿Qué pasa cuando se convence a una parte muy importante de la población de que todo lo que tiene suficientes votos en el Congreso es democrático? Como sucede ahora.
Cuando lo legal es tan flagrantemente ilegítimo, además de ilegal, porque existe una jerarquía normativa y en la cúspide está la Constitución, legalidad y legitimidad dejan de ir juntas y entonces se produce algo que tiene consecuencias imprevisibles. Esta medida significa negar absolutamente aquel discurso y considerar que aquello [el golpe de estado del 1-O] es lo que estuvo bien y que lo que estuvo mal es lo que hizo el poder Legislativo al aprobar en el Senado 155, el Poder Judicial al aplicar las leyes, al instruir y al juzgar y al condenar, y que el Poder Ejecutivo también estuvo mal y lo que hizo fue ilegítimo, siguiendo el 155 y ejecutando las decisiones.
¿Y si pese a todo se aprueba la amnistía?
Los tres poderes del Estado, más la Corona, quedan deslegitimados por la amnistía. Esto es una dictadura. Si llega es una dictadura. Entonces aquí hay que ponerse muy serios, porque la Constitución española es la que garantiza nuestros derechos y libertades. Los reconoce y los garantiza, no los otorga: los reconoce. Eso quiere decir que nosotros, como individuos, vamos a seguir siendo libres. Y eso hay que tenerlo presente. Si el Estado se convierte en un Estado autoritario, la nación, que somos los españoles y que tenemos la soberanía porque somos el pueblo español, somos el sujeto de soberanía, tendremos que actuar como nación y eso puede cobrar cualquier forma. Hasta que la legitimidad y la legalidad vuelvan a coincidir.
¿Qué podemos esperar tras la manifestación de Colón?
Bueno, primero vamos a salir a la calle este domingo. Espero que nuestra voz se oiga muy fuerte y que seamos muchos. Vamos a seguir saliendo a la calle. Vamos a advertir por todos los medios posibles de el peligro que supone esa amnistía para nosotros. Es decir, de la condena, de que será el fin del Estado democrático de Derecho del régimen del 78 y de que las reglas se habrán roto.
Siempre habla usted de «guerra cultural» en vez de batalla cultural. Con Sánchez, ¿es necesario usar algún término más contundente?
A mí no me va a cercenar mis libertades ni Sánchez, ni ningún otro tipejo. No. Simplemente no lo admito. ¿Eso qué implicará? Ya lo veremos. Vamos a dejar pasar fases. De entrada, a lo mejor la desobediencia civil, por ejemplo, ¿no? Y si pasa la desobediencia civil sin efectos, pues a lo mejor habrá que llamar a algunos poderes y funcionariado a que ellos no obedezcan las leyes injustas.
¿Cuál debe ser la actitud de todas las personas que no participamos del autogolpe? Porque parece que hay cierto miedo en parte del centro-derecha a una nueva foto de Colón.
De momento, en esta etapa lo que hay que hacer es advertir a la gente de que Sánchez está a punto de tirarnos a todos por el abismo. El PP hizo su acto contra Amnistía y decidió presentarlo como un acto de partido. Bueno, esto es un acto de asociaciones de la sociedad civil.
¿Cree que a una parte de los votantes del Partido Popular le gustaría ver a sus líderes en la manifestación? Me refiero por ejemplo a Feijóo, a caras más allá de Esperanza Aguirre o Jaime Mayor Oreja.
Si ellos [el PP] creen que los que se oponen al golpe de Estado, que sólo son el PP y VOX, se pueden permitir los jueguecitos de «uy, si la convocas tú no voy», estarán poniendo la guinda del desastre. Y lo digo por el PP, porque VOX sí ha acudido a los actos que otros han convocado.
