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Madrileña, licenciada en Derecho por la UCM. En la batalla cultural. Española por la gracia de Dios.
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Muy kirchnerista todo

4 de mayo de 2024

Ayer, Óscar Puente, sujeto al que no voy a definir por compasión después de la columna que le dedicó el pasado jueves María Durán (María Durán | El puto amo (gaceta.es)), afirmó sin pestañear —tampoco creo que sea capaz de pestañear y hablar al mismo tiempo— que el presidente de Argentina, Javier Milei, consumió ‘sustancias’ antes de un debate televisivo, y no creo que se refiriera a la valeriana. Menos mal que esto ha sido dicho en plena cruzada gubernamental antibulo, no sé qué hubiera dicho el ministro del ‘puto amo’ en otra ocasión.

Este es el tipo de cosas que en España les sale gratis a los miembros de este Gobierno, pero que quizá fuera caigan mal. Llamar drogadicto al presidente de otro país no me parece una buena idea. Pero están tan acostumbrados a hacer funcionar su máquina de fango sin consecuencias que se han creído que todo el campo es orégano.

En esta ocasión la respuesta ha llegado de la peor manera. No hay nada más demoledor que un subordinado meta la pata con alguien y ese alguien le obvie y arremeta contra su jefe. La oficina de Milei no ha respondido a Puente, del que hay que recordar de vez en cuando que es ministro de Transportes además de gañán profesional, sino que se ha dirigido a Sánchez con toda la artillería pesada, es decir, con la información que él mismo proporcionó urbi et orbi en su carta a la ciudadanía. Esto es como cuando en la guerra le robas las armas al enemigo y le acribillas con sus propios cañones. Pedro, te han disparado con tu propio cañón, el cañón que les mandaste por Seur.

Todo empieza a indicar que la dichosa carta va a ser la sentencia de muerte política de Sánchez. Sentencia que puede llegar desde dentro de su propio partido, por cierto, donde empieza a caer gordo. Las manipulaciones groseras tienen efectos insospechados para el manipulador.

Es evidente que abrir tu ‘corazón enamorado’ —estoy aceptando pulpo como animal de compañía, lo sé— a extraños es un gravísimo error. En general, dar información que nadie te ha pedido es regalar munición al enemigo. Por eso me pregunto cómo el presidente, al que todos —los que tenemos dos dedos de frente— hemos tenido por un tipo muy malo pero muy listo para las cosas del poder, ha podido cometer un error de tamañas dimensiones. Ay, el factor personal, y no hablo del amor, sino de la soberbia. Echar un órdago para obtener casito puede ser letal.

De esta manera tan sencilla, la oficina de Milei se ha limitado a sacar del cajón donde guardan las cosasutilesllegadounmomentodado y ha contestado de forma escueta y clara con la información que el propio presidente del Gobierno del Reino de España ha proporcionado al mundo entero: «Oiga, ocúpese de su casa que ya tiene bastante». Una bofetada de esas de las que ni sobra cara ni falta mano. El comunicado de respuesta a las memeces de Óscar Puente va a tener un efecto de caja de resonancia de las miserias de la familia Sánchez-Gómez espectacular. Si alguien no se había enterado de que Begoña Gómez es sospechosa, incluso sospechosísima, de corrupción, gracias a Puente ya lo sabe. ¿No es maravilloso? Ellos nos quieren callar, nosotros queremos que hablen. Dejemos que caven su propia tumba (política).

Termina el comunicado argentino con un traje a la medida del presidente del Gobierno: «Pedro Sánchez ha puesto en peligro la unidad del Reino…»; «…ha puesto en peligro a las mujeres españolas…»; «…y ha puesto en peligro en la clase media…». Como ha dicho un comentarista de la televisión argentina: «Muy kirchnerista todo». No se me ocurre mejor definición de las políticas de este Gobierno, pero tampoco se me ocurre nada que me produzca más desazón y preocupación.

Me quedo con el deseo final del comunicado: «Esperamos que el pueblo español pronto vuelva a elegir vivir en libertad». ¡Viva la libertad, carajo!

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