«He llegado para poner mi cuerpo y existencia al servicio de una causa justa», responde la exdiputada de la CUP ante las críticas.
El pasado lunes conocimos que Anna Gabriel no está sufriendo demasiado en su «exilio» en Suiza. La exportavoz de la CUP vive en el barrio de Florissant de Ginebra, una de las zonas más exclusivas donde también vive la infanta Cristina.
En un reportaje para ‘Libération’, Gabriel responde a las críticas que señalan cómo puede permitirse el alquiler de un piso que ronda los 5.000 euros mensuales: «¿Qué es que la vida es cara?. Soy una exiliada de lujo. Ginebra es la ciudad de las ONG y la defensa de los derechos humanos, una ciudad que puede servir una buena caja de resonancia para la causa catalana.»
La periodista François Musseau pregunta de nuevo a Gabriel por su situación: «Usted tiene nos amigos de lo más generosos, permitiéndole satisfacer sus necesidades, a orillas del lago Lemán, donde triunfan los millonarios».
La respuesta de Gabriel no se hace esperar y reitera que su vida de millonaria está justificada por «poner mi cuerpo y existencia al servicio de una causa justa».
«Su enemigo no es solo el estado español, sino también el sistema capitalista en sí mismo. Su motor: sentar las bases de una nueva República, social y socialista, feminista, ecológica, sin desigualdad, contra el capital, los diversos empleadores, la dominación de las multinacionales y el comercio de armas, una democracia directa. En resumen, una utopía en Charles Fourier, versión del siglo XXI», sentencia.