«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Bildu cree que las víctimas de ETA también deberían pedir perdón

La escritora y exportavoz del Grupo EH Bildu en el Parlamento vasco Laura Mintegi ha señalado este jueves que, tras la disolución de ETA y la tragedia que supuso para la sociedad vasca, «no hay nadie mayor de 40 años en el País Vasco que no tenga que pedir perdón».
Así lo ha expresado en su intervención en la jornada académica «Los relatos de la pacificación en el País Vasco» de la Universidad Complutense de Madrid en un debate sobre la búsqueda de estos relatos entre la literatura y la política.
En este sentido, ha señalado que en aquel momento, en el que la sociedad estaba «muy marcada por la violencia, era imposible mantenerse en la equidistancia: podías mantener una tercera vía un día, pero al décimo atentado en tres meses, era imposible no estar en un lado o en otro», ha apuntado.
Ha insistido en que la convivencia en el País Vasco «no es necesaria, sino urgente» y que, por este motivo en la calle se ha empezado «a pasar página» de lo ocurrido, porque la política aún está haciendo relatos del «todavía» de ETA, en vez de intentar cerrar este ciclo «de manera digna».
«Hay que pasar página, pero primero hay que leerla, hay que saber todo lo que ha ocurrido. La clave está en escuchar, saber, respetar, y compartir el país, no siendo amigos, pero sí conviviendo en el mismo espacio», ha manifestado.
Por su parte, la académica y escritora Edurne Portela, que también ha intervenido en la jornada, ha precisado que, tras el fin de la banda terrorista, no puede persistir sólo un tipo de relato o una «institucionalización de la memoria que diga cuál es la válida y cuál no».
Portela apuesta por que desde la ficción y la literatura se recree el pasado con el objetivo de dar explicaciones sobre lo que ocurrió, «una visión que ofrezca narraciones que ayuden a cuestionar cuál ha sido nuestra actuación y nuestro papel» y en el que «se acepte que puede haber una convivencia de todo tipo de relato».

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