El secretario de Acción Democrática y Transparencia del PSOE, Borja Cabezón, se ha incorporado a la nueva ejecutiva de transición del partido, en plena reestructuración interna tras el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que señaló al hasta ahora secretario de Organización, Santos Cerdán. En este contexto, el PSOE creó una Secretaría de Organización colegiada e interina, compuesta por Cristina Narbona, Ana María Fuentes, Montse Mínguez y el propio Borja Cabezón.
Cabezón tiene un recorrido consolidado dentro del engranaje socialista. Su perfil ganó notoriedad pública en marzo de 2022, cuando el Gobierno lo nombró embajador en misión especial para la crisis internacional de la Covid-19 y la Salud Global. La oposición criticó la creación de este cargo, al considerarlo innecesario en un momento en que la pandemia ya se daba por controlada. Desde Moncloa defendieron su nombramiento, argumentando que su labor incluía la interlocución con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la coordinación de políticas de salud global.
Meses después, regresó al centro del debate político al asumir el cargo de consejero delegado de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), entidad que depende del Ministerio de Industria y Turismo. Algunos sectores interpretaron este movimiento como una nueva «recolocación» dentro del Ejecutivo, que además percibe una retribución anual que podría superar los 100.000 euros.
En paralelo a su trayectoria institucional, Cabezón ha reforzado su perfil político como responsable del área de Acción Democrática y Transparencia del PSOE. En este papel, ha centrado gran parte de su actividad en la «lucha contra la desinformación», a la que considera una amenaza directa a la estabilidad de las democracias liberales. En una comparecencia en Ceuta, señaló directamente a VOX como uno de los «principales actores en la difusión de bulos».