«Hagamos del catalán la lengua de arraigo. Permitidnos participar en la construcción de este país», añade el comunicado apoyado por Cáritas.
Cáritas ha apoyado el manifiesto «El catalán, lengua común» de la Plataforma per la Llengua junto al F.C.Barcelona, y los sindicatos CCOO, UGT e Intersindical-CSC, la entidad presidida por Carles Sastre, exmilitante de Terra Lluire y condenado por la Audiencia Nacional a 48 años de prisión por el asesinato de José María Bultó, y uno de los organizadores de la huelga del 8 de noviembre que supuso el inicio de los violentos Comités en Defensa de la República (CDR).
El manifiesto al que se ha adherido señala que las administraciones e instituciones públicas «deben apostar por un modelo educativo inclusivo, que no segregue al alumnado» y que «el catalán debe ser la lengua vehicular de la enseñanza». «Es la lengua que nos une, el idioma con el que queremos construir la sociedad y que todos pueden compartir, y una herramienta de inclusión social», dice
Asimismo, asegura que «la defensa del catalán es la defensa de todas nuestras lenguas» e incide en «la importancia que tiene hablar la lengua del lugar donde se vive». «Queremos vivir en catalán. Hagamos del catalán la lengua de arraigo. Permitidnos participar en la construcción de este país», añade.
La Plataforma per la Llengua, que en los últimos seis años (hasta 2017) recibió subvenciones de la Generalitat por valor de más de 4 millones de euros, es una polémica entidad conocida por señalar, por ejemplo, a los comerciantes que no usan el catalán, por poner en el punto de mira a los comercios que no rotulan en catalán y a las empresas que no etiquetan en este idioma y por reivindicar los «países catalanes».
El pasado año, la eurodiputada del grupo liberal europeo (ALDE) Teresa Giménez Barbat denunció la aplicación de esta entidad para señalar los comercios que no usan catalán en Francia y España. Además, aseveró que su web está disponible en esta lengua, occitano e inglés, lo que, a su juicio, pone de manifiesto que «la verdadera intención de la aplicación es la imposición del monolingüismo».
