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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Censura y coherencia: lo que sí le gusta prohibir a la izquierda

De gira en Vigo, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, critica la censura de IFEMA a la obra ‘presos políticos’ y afirma, rotunda, que la grandeza de la libertad es permitir aquello con lo que uno no está de acuerdo. Justo, justo, lo contrario de lo que hace la izquierda…

“Es bastante interesante ver cómo se debe luchar siempre por la libertad de expresión”. “En Madrid no podemos tolerar dar la imagen de una ciudad en la que se censura la creación o la creatividad”, explica, confiada, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, de visita a la ciudad de Vigo.
Preguntada por Hermes TV sobre su opinión sobre el hecho de que en IFEMA -recinto municipal- cuelguen obras que tildan de presos políticos a condenados por agresión y apología del terrorismo y acusados de rebelión, la alcaldesa no lo duda: “Lo más maravilloso de la libertad en general (…) es reconocer lo que hacen otros con los que uno no está de acuerdo. Reconocer la libertad de aquellos con los que estás de acuerdo es muy fácil, pero lo importante es reconocer la libertad de aquellos con los que discrepamos”.

Toda una declaración de intenciones. Un canto a la libertad digno de alabanza… si fuera cierto, claro. Porque tanto en el Ayuntamiento de Madrid como en el de Barcelona, los dos dirigidos por marcas blancas de Podemos -Ahora Madrid y Barcelona en Común-, se estila mucho, demasiado, lo de eliminar todo aquello que no va en la línea de pensamiento de la progresía.
Repasamos la coherencia (ironía activada) de la izquierda a la hora de bendecir o condenar según qué censuras:
Octubre de 2015:
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, prohíbe la exhibición de una valla publicitaria del torero Morante de la Puebla caracterizado al estilo Salvador Dalí. La ciudad, “contraria a las corridas de toros y a favor de los derechos de los animales”, impedía así la promoción de la Feria del Pilar de Zaragoza.
Febrero de 2017:
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, inmoviliza un autobús y multa a la organización responsable de su puesta en circulación, Hazte Oír, por considerar que el texto que se podía ver en el vehículo -los niños tienen pene, las niñas tienen vulva, incita al odio.

Febrero de 2018: 
De nuevo, Barcelona. El Ayuntamiento de Colau anula -veta, en realidad- sin previo aviso un acto de promoción de Tabarnia, la alternativa al separatismo catalán. Los organizadores denuncian que el centro municipal donde iba a realizarse canceló el acto sin previo aviso y sin ofrecer espacio alguno alternativo.

Navidades en Madrid:
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, sigue haciendo gala de su amor por la libertad. Su Ayuntamiento prohíbe la presencia de Miguelín y sus ocas en la Cabalgata de Reyes -con el dinero del acto Miguelín podía cuidar de numerosos animales a los que ha recogido- y elimina el tradicional Belén de la Puerta de Alcalá.

Está visto que, cuando se habla de libertades, la izquierda tiene claro cuáles defiende y, sobre todo, cuáles no.
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https://gaceta.es/opinion/la-farsa-santiago-sierra-arco-20180223-1058/

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