El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que ha destapado una presunta trama de amaños en contratos de obra pública, supuestamente liderada por Santos Cerdán, ha salpicado también a la presidenta de Navarra, María Chivite. Según el documento, Chivite es responsable última de un Ejecutivo que adjudicó buena parte de las obras investigadas, destacando el nombramiento de su propio tío, Óscar Chivite, como consejero de Cohesión Territorial, departamento del que dependen directamente las áreas de Obras Públicas e Infraestructuras.
Electricista de formación y con experiencia como administrador único de la empresa Lauburu S.L., dedicada a estructuras metálicas y calderería, Óscar Chivite contaba hasta entonces con una escasa trayectoria política, limitada a su etapa como concejal durante ocho años en Cintruénigo. Su entrada en el Gobierno navarro coincidió con la segunda fase del concurso para el desdoblamiento del túnel de Belate, momento en el que se habría manipulado la adjudicación en favor de la UTE compuesta por Acciona, Servinabar y Fermín Osés, por un importe de 76 millones de euros.
Asimismo, su llegada al Ejecutivo coincidió con la creación de Nafarbide, una empresa pública colocada bajo la tutela directa de su departamento y que él mismo preside. Esta entidad, al igual que el concurso del túnel de Belate, ha sido objeto de una denuncia ante la Cámara de Comptos. El Gobierno foral justificó la constitución urgente de Nafarbide por la necesidad de asegurar la financiación de los túneles de Belate y Almándoz, pero el órgano fiscalizador foral cuestionó esa urgencia.
En su informe de 2023, la Cámara de Comptos detalló numerosas irregularidades en la adjudicación del contrato a la UTE liderada por Acciona y Servinabar. Llama la atención que cuatro de las siete empresas licitadoras presentaron exactamente la misma oferta económica, lo que convirtió en decisiva la valoración técnica del proyecto, ya bajo la responsabilidad directa de Óscar Chivite como consejero del área.
