«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Exigen una reforma legal que impida la expropiación de tierras agrícolas productivas

Clamor contra la tala de olivos centenarios autorizada por el PP y el PSOE en Jaén: más de 122.000 españoles firman para acabar con las expropiaciones

Paneles solares en Andalucía. Redes sociales

Los españoles se han volcado con una iniciativa del movimiento SOS Rural y más de 122.960 ya han firmado contra la tala de olivos indiscriminada iniciada en Jaén con la autorización del Gobierno nacional y el Ejecutivo autonómico andaluz. La campaña, que comenzó el pasado 22 de abril, denuncia la destrucción de hasta 100.000 olivos centenarios en el municipio de Lopera para la instalación de macroplantas fotovoltaicas promovidas por empresas como Greenalia y FRV Arroyadas.

La recogida de firmas, impulsada por la activista Natalia Corbalán, ha logrado movilizar a miles de ciudadanos en defensa del patrimonio agrícola y natural de Andalucía. La protesta se dirige directamente al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, y exige la paralización inmediata de los proyectos, así como una reforma legal que impida la expropiación de tierras agrícolas productivas para la implantación de estas infraestructuras energéticas.

Los firmantes exigen cuatro medidas urgentes: detener las talas en Lopera, declarar una moratoria sobre la ley de expropiaciones actual, modificar la Ley 7/2021 para blindar las zonas agrícolas frente a macroplantas solares, y revaluar el impacto medioambiental y social de estos proyectos. Para los impulsores de la campaña, la transición energética no puede hacerse a costa de arrasar con un ecosistema agrícola ancestral ni comprometer el sustento de centenares de familias rurales.

Desde SOS Rural defienden que no están en contra de las energías limpias, pero rechazan frontalmente lo que consideran un modelo “depredador” de implantación, que pone en riesgo no solo al medio ambiente, sino a la cultura del olivar, uno de los pilares del paisaje y la economía rural andaluza.

La campaña continúa abierta en línea y busca seguir sumando apoyos. Para sus impulsores, la cifra simbólica de 100.000 firmas no es un techo, sino un punto de inflexión en una lucha que, aseguran, apenas comienza.

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