La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a K. Diop, un hombre de origen senegalés, a seis años de prisión por agredir sexualmente a una joven en su domicilio, ubicado en la calle Delicias, en septiembre del año pasado. El Tribunal ha impuesto, además, una orden de restricción que le prohíbe acercarse a la víctima o comunicarse con ella durante 10 años y, tras cumplir su condena, deberá permanecer bajo vigilancia durante otros seis años. La víctima recibirá una indemnización de 12.000 euros.
Los hechos ocurrieron cuando la joven, identificada como L. A. M., fue al domicilio de Diop para recuperar 20 euros que le había prestado en una fiesta el día en que se conocieron, aproximadamente un mes antes del ataque. Al entrar en la habitación, el acusado intentó besar a la joven, un gesto que ella rechazó, dejándole claro que solo quería mantener una relación de amistad. Sin embargo, según el relato de la joven, Diop la lanzó sobre la cama y la obligó a mantener relaciones sexuales.
La joven logró escapar del apartamento en un momento de distracción del agresor y, tras el ataque, acudió a casa de una amiga. Ambas se dirigieron juntas al Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, donde no se le encontraron lesiones relevantes. Al día siguiente de la agresión, ambas presentaron la denuncia en la comisaría. Días más tarde, se cruzaron con el acusado en un supermercado, quien, según la versión de la víctima, les ofreció dinero a cambio de retirar la denuncia.
Durante el juicio, que en un momento tuvo que ser suspendido por la falta de un traductor de wólof, el idioma nativo del acusado, la declaración de la amiga de la víctima fue fundamental. Este testimonio respaldó la versión de los hechos de L. A. M., reforzando la credibilidad de su denuncia y dando consistencia a su relato.
En su defensa, Diop alegó que la relación fue consensuada y que fue ella quien se le acercó en primer lugar, alegando además que ella le pidió dinero por sus servicios. Sin embargo, los magistrados de la Sección Tercera, tras evaluar las declaraciones, encontraron el relato de la víctima coherente, firme y consistente, sin contradicciones sustanciales, lo que les llevó a desestimar la presunción de inocencia del acusado.
En su veredicto, los jueces destacaron que la versión de L. A. M. se mantuvo estable y sin variaciones significativas a lo largo de las diferentes declaraciones, lo cual fue determinante para su credibilidad.