La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite), Consuelo Ordóñez, ha reprochado este jueves al jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, la «decepción y desconfianza» provocados por su Ejecutivo desde que ETA anunció el cese de la violencia y le ha pedido cumplir una serie de compromisos.
Ordóñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA, ha sido una de las 25 personas representantes de asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo que se han reunido con Rajoy esta tarde en el Palacio de la Moncloa después de que la pasada semana la banda terrorista anunciara su disolución.
En su intervención en la reunión, facilitada por Covite, su presidenta ha lamentado que esta cita no se celebrara antes de la del Pacto Antiterrorista, que ha tenido lugar esta mañana, y ha subrayado que este no es el final de ETA que esperaban ni la sociedad ni las víctimas.
Tras lamentar que ETA haya llevado la iniciativa al final, ha considerado que el Gobierno está en su derecho de decir que ETA está derrotada.
«Pero para Covite el final que imaginábamos para una organización derrotada tenía a las fuerzas de seguridad como únicos protagonistas de la foto de la desarticulación, del desmantelamiento y, en definitiva, de la derrota», ha añadido antes de acusar al Gobierno de «hurtar» esa foto. Además ha pedido a Rajoy que se detenga al etarra Josu Ternera porque dice no creerse que no sea posible.
Consuelo Ordóñez ha señalado que, desde que ETA anunció hace siete años el cese de la violencia, el Gobierno «ha hecho cosas que como mínimo no esperábamos y, como máximo, nos han causado decepción y desconfianza».
Así, ha asegurado que al actual Ejecutivo no le ha interesado investigar e informar de qué armas se estaban destruyendo, ni tampoco desmentir públicamente la «pantomima» del desarme del año pasado en Bayona y «ha guardado silencio ante las campañas de mentiras del nacionalismo».
«El Gobierno ha rogado a ETA que se disuelva cuando su obligación como Gobierno era disolverla», ha añadido antes de criticar que el Gobierno no les haya recibido cuando han intentado exponerles sus planteamientos.
Pese a la «pérdida de confianza», ha dado una oportunidad para recobrarla si el Gobierno cumple una serie de compromisos.
En concreto, que desactive políticamente a ETA, frene que la libertad siga «secuestrada» en el Pas Vasco y Navarra y exija a sus herederos políticos que condenen la violencia.
Asimismo, ha pedido a Rajoy que el Gobierno luche contra el falseamiento de la historia y cumpla su programa de desarrollo de la política penitenciaria de reinserción individual.
Al respecto, ha explicado que las víctimas siempre han estado al lado de la ley y, por ello, si los presos de ETA rechazan la violencia, no tendrán nada que decir si el Gobierno los acerca a cárceles del País Vasco y de Navarra.
De la misma forma, Ordóñez ha pedido a Rajoy que garantice que no cederá la competencia de prisiones al Gobierno vasco.
También ha sido crítica en su intervención Ana Iríbar, la presidenta de la Fundación Gregorio Ordóñez y esposa del concejal del PP asesinado por ETA, quien ha lamentado el «continuismo» que cree que ha seguido en el actual Gobierno de la política antiterrorista del que presidió José Luis Rodríguez Zapatero y ha calificado de «decepcionante e injusto» el final que ha tenido ETA.