«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La épica respuesta de Corral al sectarismo de la izquierda con Calvo Sotelo

El concejal del Partido Popular, Pedro Corral, en la librería donde colecciona cascos

El edil del PP Pedro Corral recuerda la estatua a Largo Caballero, el ‘Lenin español’, en Nuevos Ministerios.

El PSOE, Ahora Madrid y los sindicatos participaron el pasado sábado en una concentración para pedirle a la Comunidad de Madrid que devuelva al colegio público José Calvo Sotelo su nombre, «Catorce de Abril», con el que fue inaugurado en 1933. «Una decisión democrática que debe ser la primera tarea de Ángel Garrido como nuevo presidente de la Comunidad de Madrid», ha dijo el secretario de CCOO, Jaime Cedrún.

Según han señalado, el colegio, inaugurado en noviembre de 1933 por el presidente republicano Niceto Alcalá Zamora, perdió su nombre inicial tras sendas órdenes ministeriales franquistas de 1938 y 1939. «Hay que recuperar su nombre», han añadido, antes de exigir que en cumplimiento de la Ley sectaria de Memoria Histórica sean restituidos los nombres originales de los colegios de Madrid construidos en la República.


La medida ha tenido la respuesta del edil popular en el Ayuntamiento de Madrid Pedro Corral que ha censurado que quieran quitar el nombre de Calvo Sotelo por ser ministro de la dictadura de Primo de Rivera. «Aquí tienen el nombramiento de Largo Caballero como miembro del Consejo de Estado de la misma dictadura por si tienen que quitarle su estatua de la Castellana», ha añadido.
Junto a Nuevos Ministerios se encuentra la estatua de Largo Caballero, el ‘Lenin español’, uno de los más activos organizadores del golpe de Estado camuflado como huelga revolucionaria en octubre de 1934 y que en sus citas más célebres demostró creen en la violencia y la revolución.
«No creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la libertad», dijo durante una conferencia en Ginebra durante el verano de 1934. Además, aseguró que si la legalidad no les servía, se impidía su avance, darían de lado la democracia burguesa» e irían «a la conquista del poder» y avisaba de la represión en la zona republicana declarando que con la «dictadura del proletariado» llegaría «la represión de las clases capitalistas y burguesas».

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