El Gobierno prevé derribar en los próximos días la presa de Valdecaballeros, en la provincia de Badajoz. Con este nuevo derrumbe, la lista de barreras fluviales destruidas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez sigue engordando, y lo hace después de alcanzar el récord europeo en 2021 con el derribo de 108 de las, al menos, 239 barreras que fueron derribadas en 17 países europeos durante ese año.
Mientras el Ejecutivo de Sánchez insiste en aplicar este tipo de políticas, España sufre una de las peores sequías de la historia, con especial gravedad en Cataluña Andalucía, y, en cumplimiento de la Agenda 2030, no toma alternativas ni invierte el dinero necesario en solucionar el problema.
Así y según se ha sabido esta semana, el Ministerio de Transición Ecológica dejó sin gastar en 2022 casi la mitad de las inversiones que tenía previstas en obras hidráulicas en las distintas cuencas hidrográficas, según los presupuestos de las empresas públicas Aguas de las Cuencas de España (AcuaEs) y Aguas de las Cuencas Mediterráneas (AcuaMed), que gestionan las infraestructuras hidráulicas.
De esta forma y de un presupuesto aproximado de 210 millones de euros destinado a la inversión en depuradoras, desaladoras y otras obras, sólo se gastaron alrededor de 100 millones. De acuerdo a los presupuestos de las dos empresas públicas que gestionan estas obras e infraestructuras en las distintas cuencas hidrográficas para 2022, sólo el 51,7% del total de los recursos económicos que destinó el Gobierno a estas actuaciones en 2022 se llegaron a gastar. En el caso de la AcuaEs, sólo se gastó el 59,2% de los 152,1 millones presupuestados -un total de 90,1 millones-; en el de AcuaMed, sólo se gastó el 32,2% de los 58,7 millones presupuestado en 2022, es decir, 18,9 millones.
El Gobierno de Pedro Sánchez no sólo agrava el problema de la sequía con el derrumbe de estructuras sino que además tampoco destina los recursos económicos suficientes a las alternativas; es decir: a las potabilizadoras o desaladoras que permiten reutilizar el agua. Sin embargo, Sánchez sí invierte ese dinero en otros países: a principios de abril aprobó la concesión de un crédito reembolsable desligado por un importe de cinco millones de euros para el suministro e instalación de dos plantas potabilizadoras en Marruecos, en línea con la estrategia del Gobierno de «dar un nuevo paso» en las relaciones comerciales con el país vecino.
Valdecaballeros, una presa que abastece de agua a más de 3.000 personas
La presa de Valdecaballeros, que originalmente se instaló para refrigerar los dos reactores de la central nuclear de la localidad —que no se llegó a terminar porque el Gobierno de Felipe González aprobó una moratoria nuclear—ha servido durante las últimas cuatro décadas para abastecer de agua potable a las poblaciones pacenses de Valdecaballeros, Castilblanco y Alía (Cáceres), casi 3.000 personas en total, y más del doble en verano, además de servir de riego para una zona con un potente sector ganadero que abarca 20.000 hectáreas.
Ahora, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha dictado en el BOE una orden donde se aprueba el derribo de la presa; un derribo con el que ni siquiera está de acuerdo la propia Junta de Extremadura (PSOE). Su presidente, Guillermo Fernández Vara, ha anunciado que la región ha interpuesto este martes un recurso contra la orden del Ministerio y la ha calificado de «disparate».
Contra el derrumbe de la presa también se ha movilizado David Pravo, un vecino de Valdecaballeros (Badajoz), que inició el lunes una huelga de hambre como señal de protesta.